¿Y cuál fue ese gran acontecimiento que me hizo soltar ese “brrrr”? Pues en realidad algo que a ojos de otra persona puede parecer tonto y sin imporancia pero…
Por las noches después del baño, perdón ducha, porque ahora el Chiquini dice “No, año no, ucha”, llega la hora del biberón, equivalente a mi vasito de leche y que pronto habrá que transformar en vasito de leche también para él…
Anoche cuando terminamos de ponerle el pijama y se acercaba el momento-biberón el Chiquinini se bajó de la cama, se subió al sillón que hay al lado, cogió el biberón y voilá, se acomodó y se lo tomo él solito.
El otro día decidió que ya no quería cuna, pocos días después que prefería la ducha frente a la bañera, y ayer…que con 21 meses ya no necesita que su mamá le dé el biberón. ¡Snif! Qué rápido está creciendo…Aunque cada vez es más niño y más grande, el momento del biberón a la hora de irse a dormir era el momento de tenerlo un ratito quieto y acurrucado en mis brazos, en penumbra, con la respiración tranquila, los dos juntitos…