Azu ha hecho grandes planes para el verano. Planes que ve truncados por el trabajo de su padre, que la lleva a una aldea de pescadores perdida en el fin del mundo, donde no tiene amigos, no existe diversión y no hay nada interesante que hacer.
Pero en Playaoscura conoce a Tom, a Héctor, a Tobías... a Bea, Melisa, a Olga...
... y lo que parecía un verano aburrido se convierte en una continua aventura repleta de amistad, besos de mar, intensas emociones, importantes cambios, elecciones difíciles, grandes descubrimientos y decisiones vitales.
Un verano de ensueño donde hará grandes amigos y puede que encuentre al amor de su vida en la tibia arena de aquellas sugerentes playas...
Beach Kiss es una novela fresca, entretenida y dinámica que se puede catalogar en los géneros de romántica, juvenil, youngadult o en ninguno de ellos. Lo que está claro que es que es una lectura para disfrutar en verano, que te hará pasar un buen rato y te trasladará a las hermosas costas del Mediterráneo más salvaje.
"[...] pasaría sus más de tres meses de vacaciones en una aldea de pescadores alejada del bullicio veraniego, donde seguro que no había más que viejos aldeanos sentados frente a las fachadas de sus viviendas agrietadas y tejiendo redes, o dormitando. [...] Ella, que se había comprado todo tipo de modelitos playeros para lucir su cuerpo serrano y volver locos a unos cuantos chicos....
A Playaoscura se llegaba por un único camino tortuoso que envolvía un monte que a su vez hacía de frontera natural entre el pueblo y el resto del mundo. Estaba el mundo, aquel monte, el maldito poblado dejado de la mano de Dios y el mar. Así sería su verano. Después de seis pesadas horas de viaje desde Madrid, la última media hora consistía en vueltas y vueltas a un cerro medio seco que tenía a Azucena al borde de la náusea"
Llevaba tiempo pendiente esperando a que Cristina Selva sacara nueva novela y cuando vi la portada tan llamativa y el título sugerente, no me cupo ninguna duda de que sería la compañía perfecta para una tarde de verano o dos...
Me ha sorprendido mucho porque esperaba una novela algo más floja de lo que me encontré. Sí, es una lectura especial para leerla en estos meses donde el calor nos fríe el entendimiento pero va mucho más allá. La trama está muy bien elaborada, tiene mucho sentido, misterio, humor y ese toque nostálgico y de llevarnos de vuelta a nuestra adolescencia, a esos días de verano "aburridos de aburrirnos en la playa" en los que lo único que nos importaba y preocupaba era cuál sería la próxima fiesta o modelito a estrenar.
Después de varios años veraneando en un lugar donde la fiesta y conocer gente joven y diferente cada día, era su único propósito y mayor aspiración, Azucena llega a un pueblo costero "perdido en el mapa" que es todo lo opuesto a lo que está acostumbrada. Se resiste con todas sus fuerzas pero no le queda más remedio que adaptarse o pasar el tiempo enfurruñada.
Es una joven guapa, que disfruta y le gusta la soledad, algo callada pero no tímida, más bien prudente y algo desconfiada. Me gustó desde el primer momento y es un personaje que evoluciona muchísimo de que comienza la novela hasta el final. Sin darse cuenta, lo que pensó que sería su mayor pesadilla, acabó metiéndosele en la piel y transformando por completo su vida y a ella como persona. Algo que también me gustó mucho es la relación tan especial que mantiene con su padre.
Está claro que a Cristina Selva no se le resisten las historias sean del tema y género que sean. Escribe muy bien, con mucho amor e ilusión en cada párrafo. Sus personajes aunque en principio parecen sencillos, terminan dejando huella y ocupando un sito especial aún tiempo después de haber terminado de leer la historia. Describe los lugares, los olores y sabores de una forma tan precisa que resulta fácil dejarnos llevar.
Me ha gustado mucho, ha conseguido mantenerme enganchada hasta el final y olvidarme de todo a mí alrededor. Si algo me ha gustado menos quizás, es que se me hizo muy corta, pero claro es una novela de verano, no puede ser más extensa.