Modern family
Como cuando tus padres se divorcian, si tu grupo favorito se separa te queda el consuelo de que de cualquier celebración siempre obtendrás dos regalos en vez de uno. El primer regalo surgido de las cenizas de Oasis viene de parte del padre, Liam. Bueno, de Our kid y de los restos del naufragio, es decir, Gem Archer y Andy Bell. Nombrar al batería de cualquier banda en que estén involucrados los Gallagher no merece la pena porque es probable que no dure ni dos telediarios.
El que esperara algo de este disco que levante la mano, pero no nos lo creemos. A pesar de alguna aportación de mérito a la discografía de Oasis (Songbird, Born on a different cloud), Papa Liam es un compositor más que limitado y de los tímidos Gem y Andy tampoco esperábamos fuegos artificiales. Sorpresa!
Nos hemos encontrado con un disco más que decente, con un sonido heredero de los últimos Oasis pero que da más importancia a los teclados y con cierto toque soul que acaricia las bonitas melodías de las 13 canciones que componen Different Gear, Still Speeding. Lo de los plagios a los clásicos sería repetirnos.
La cosecha de Liam es más que cumplidora. Bring the light fue lo primero que escuchamos de Beady Eye y nos enamoraron esos teclados tan setenteros y los coros femeninos. For anyone es otra vuelta de tuerca más (¿más?) para lograr ser la reencarnación de Lennon. Beatles & Stones es, obvio, otro homenaje más. Wigwam (Hey Jude 2.0) y The Morning son (gran final de disco) son de corte más épico pero igual de interesantes. Sus letras son más que olvidables, pero ha aprendido de Noel el arte de crear melodías.
Andy se encarga de abrir el disco con el tema más potente de la colección, Four letter word. Millionaire flojea pero lo compensa con la preciosa The beat goes on. Curiosamente, el corte con sonido más puramente Oasis lo firma Bell con Kill for a dream, una balada marca de la casa.
Gem firma el tema más directo y sucio del disco con Standing on the edge of the noise, y a la vez el tema más pop y mainstream, The roller (Instan Karma 2.0), que sirvió de carta de presentación del disco. Wind up dream es otra aproximación a la época solista de Lennon y Three ring circus parece hecha a medida para el lucimiento vocal de Liam.
¿Influye en mi análisis del disco las bajísimas/nulas expectativas que tenía sobre este disco?
Es posible, pero arañando un poco de objetividad a mi yo fan, veo este disco al menos al nivel de Heathen Chemestry o Don’t Believe the Truth. Y aunque sea compararlo con los peores discos de Oasis, eso es más de lo que jamás hubiera imaginado viniendo de un tipo como Liam Gallagher.
Ahora le toca a Mama. Lo tiene más difícil porque las expectativas son infinitamente mayores.