Pablo no puede venir a Logroño, así que llamamos a Luis para que se encargue de las guitarras. Sonamos de maravilla en el local. El tren es como una habitación de óxido para la gente abollada. Me acuerdo de la canción que cantaba Fernando Alfaro con unos chicos de aquí, se llamaba El año que Allen Ginsberg murió. Tengo mercurio en las manos de tanto evitar la fiebre. Siempre vamos de prisa, buscamos el reconocimiento, la paz de las edades de mármol, las viejas historias de las mujeres abrasadas por la belleza.
LOS (C)OLORES DEL MUNDO / ESTELLE TALAVERA BAUDET:
El offbeat bien podría llamarse de cualquier otra forma, y también estaría bien. El offbeat no tiene un solo color en la paleta. Los tiene todos, y repetidos, feos y bonitos, insípidos y chocantes. A veces logra impresionar o ser impresionista, pero otras mezcla todo demasiado y el color mierda puebla el lienzo y nos llevamos la mano a la cabeza: "¿Qué has hecho, descerebrado?". Es tan genuino como el que puede escalar la montaña más alta sin perder los dedos gangrenados, aquel que sabe regresar vivo a casa y dormir a pierna suelta.
ESTAR EN EL MUNDO SIN CONDUCTOR. Apuntes sobre los beats / DAVID MAYOR:
Se olvida en exceso que los beats no necesitaban ir de bohemios o excéntricos para expresar su individualidad. Muy alto el listón todavía pasados sesenta años, pero aún vigente para quien decida abismarse y desatar lazos. Quizá le espere la fortuna. Pero que no se le olvide -el primero que vio el percal fue Kenneth Rexroth- que con los beats el surrealismo épater les bourgeoises empezaba a transmutarse en el amuser les bourgeoises tan característico de nuestros días. La distancia del vagabundo sigue siendo tan grande como lo era entonces,
ELIGIENDO UN CAMINO / PEPE PEREZA:
Con nuestras mochilas preparadas y los sacos de dormir enrollados, J y yo nos echamos a la carretera. Destino, nos daba igual el destino. Lo único que queríamos era vivir aventuras similares a las que habían vivido nuestros héroes literarios. Dinero no llevábamos, lo habíamos invertido en tabaco y hachís. Para alimentarnos cogimos todas las latas de conserva que nuestros padres acumulaban en la despensa. Mientras tuviéramos para fumar la comida era lo de menos. Para leer, J se había llevado En el camino. Yo, La senda del perdedor.
PL (REVOLUTIONARY LETTER # 86) / ALMUDENA VIDORRETA:
El hombre paga el dinero justo y extiende sus dedos ensalivados por el montón de bolsas que probablemente luego me llevaré yo entre las manos. Trato de memorizar la imagen porque no me gustaría tocar su saliva y almaceno las zonas húmedas en mi memoria. He comprado carne, sólo un pequeño paquete, y una botellita de alcohol de 90 grados. Alcohol para limpiar las heridas. Pi. And the wraiths all tell you to cool it but then, that was never your way.Somos iluminados, tú y yo. Vemos el futuro en el gesto simple y cotidiano de esperar un turno.
DHARMA THIEF / LUCAS RODRÍGUEZ:
El baño de mis tíos está diseñado para mear sentado, una pequeña señal al más puro estilo icono de tráfico te sugería practicar sentado para no salpicar. Estaba diseñado para poder alcanzar de este modo también alguno de los libros que reposaban sobre una pequeña estantería a la altura adecuada en el flanco izquierdo. Nunca hacía caso de los libros que allí aguardaban en la cuasi perpetua oscuridad de aquel mínimo retrete.
JACK, TENEMOS QUE HABLAR / INMA LUNA:
Desde el escaparate, Kerouac se abrazaba a Cassidy, la panda de los beats posando justo delante de la librería, en el lugar donde nosotros nos encontrábamos ahora. Howl, howl, howl por todas partes.Traté de arrancar el zapato de la angostura en la que había quedado apresado. Fue imposible. Me descalcé y dejé el zapato allí. Mi zapato rojo pisando los versos de Ferlinghetti. Resultaba tópicamente poético. Hice una foto. El suelo estaba helado.Aquello me pareció una señal. No cuesta nada sentirse importante.
SURIA K. / DIEGO URIZARNA:
Jonás se levanta del asiento trasero de la Kangoo que hace de ambulancia y marca la página de En el camino con una polaroid de su novia, y deja el libro sobre un buzo amarillo y sucio que está arrugado sobre el asiento trasero de la Kangoo, y sucede aquello de Ítaca no es Ítaca versus los atardeceres cruzando Alfajarín a 160 por hora con la ventana abierta, mirando sobre las colinas como camas deshechas la silueta de un toro de Osborne recortando las nubes, el cielo, la luz a medias, las tímidas gotas de agua que empiezan a formarse en la luna delantera en un cementerio de insectos aplastados.
LA PUTA QUE MIRABA A LOS OJOS / ALFONSO XEN RABANAL:
... Pues entre las torturas aprendí que en la guerra lo que matas es una parte de ti... y si no asimilas que estás matando aquello que no integras de ti, si en ti queda algo de conciencia en vida, caminarás siempre sangrante pues esa herida nunca cicatrizará... nunca... por mucho que tu parte racional te engañe, te diga que hiciste lo correcto, por ti, por tu país... unos ideales en los que no crees cuando todo se muestra claro, cuando ves que utilizan el mismo engaño en pervertir a las nuevas generaciones, siempre con el mismo pretexto para el enriquecimiento de los mismos: el miedo...