Revista Cultura y Ocio
"Para escribir me escondo,
como una mujer primitiva se escondía
para parir.
Como un animal herido se esconde
para lamerse la sangre,
así nadie sabe de mí cuando me pierdo para escribiros esto."
Gloria Fuertes.
06:30 a.m.
Veo pasar una sombra sin dueño
entre las claves que el silencio me ofrece
cual acertijo que incomprensiblemente recuerdo.
Nada me hace presagiar que la esperanza volverá.
Nunca sabré que parte de mí se llevó la sombra.
Hoy todo parece distinto,
no duele el pensamiento,
no transmite hacia mis órganos ventas
a plazos de mis actos.
Me susurras un mañana que nunca llega.
Ahora, os muestro mis ansias
[ aprovechando esta luz imprevista]
por terminar este poema.
Lucho por quitarme el yermo de lo que diré,
la golondrina del "que dirán".
Intento construir un semáforo en rojo en medio de mi mente
para así poder observar a la gente pasar;
flacas,
tristes,
alegres,
obesos,
sanas,
enfermos,
solidarios,
suicidas,
deportados,
enamoradas
y los indigentes duermen en aparente paz,
me gustaría poder robarles algo de dolor y soledad.
Desearía vivir y morir como un perro:
quince años y arrastrado en silencio hacia el cadalso.
Quiere jugar el pobre;
tú tienes el balón.
* En la imagen, la bella Gloria Fuertes.