Beatrice Carta con una pelota y su inseparable cinta roja. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Sant Feliu de Llobregat
—No puedo jugar sin una cinta roja. Me da buena suerte. —¿Siempre es la misma? —Sí. Bueno, la limpio, eh. [Risas].
Para Beatrice Carta (Cagliari, Italia, 1992) la cinta roja no es un simple amuleto: es un recordatorio de cuánto ha sufrido para disfrutar más que nunca del baloncesto. La base del Barça CBS habla un español casi perfecto, es cercana, divertida, sensible e igual de sincera que una niña.
—¿Cuándo empezaste a jugar con la cinta en la cabeza? Tras lesionarme por cuarta vez.
—¿Por cuarta vez? Sí. Me rompí tres veces la rodilla derecha y una la izquierda, me fastidié el menisco... ¡Y aquí sigo! —¿Las lesiones fueron muy seguidas? Las tres en la rodilla derecha, sí. Tenía 18 años. Tres o cuatro después fue el menisco, y más tarde, la rodilla izquierda. Empecé a usar la cinta tras el percance en el menisco. El rojo me da suerte. —¿Pensaste muchas veces en retirarte?Muchas. —¿Y cómo te convencías para seguir luchando?Sí o sí tenía que operarme y hacer la rehabilitación. No podía dejar la pierna así, sin poder doblar la rodilla. Como mejoras, el dolor disminuye y empiezas a sentirte bien, te preguntas: "¿Por qué no voy a volver a jugar?". A veces, cuando tengo molestias, me cuestiono por qué sigo jugando. Yo misma me respondo: "Beatrice, lo haces porque te encanta y lo disfrutas".
Maquinando... Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Estás enamorada del baloncesto. Es amor. Soy quien soy gracias al baloncesto y no me imagino sin él. Me ha regalado y me sigue regalando grandes personas de las que no dejo de aprender. El baloncesto te enseña valores como el compañerismo y la disciplina. ¿Sabes? Creo mucho en las pasiones: te alimentan y te proporcionan un plus en tu vida. —¿Empezaste a jugar al baloncesto en el Trony Cagliari?Sí, es la Virtus Cagliari. Lo hice con cuatro años... ¡Era una niñita! También con la Virtus, y a los 14, debuté en Liga 2. Cuando vuelvo en verano, me dejan entrenarme en sus instalaciones. La Virtus es una familia para mí. Mi casa. —¿Cómo fue tu experiencia en la NCAA con la Universidad de Washington? Tenía 18 años y no era suficientemente madura. Me sentí sola, sobre todo cuando me rompí la rodilla por tercera vez. Por eso, tras un año y unos meses, decidí volver a Italia. Ya no podía más con la vida. —Seguro que maduraste mucho en Estados Unidos. ¡Y tanto! Mi recuerdo es muy positivo porque crecí un montón en todos los sentidos. Volví a la Virtus Cagliari, en la que acabé la temporada en Liga 2. Luego, no me moví de casa, pero sí de club: fiché por la C.U.S. Cagliari, de Liga 1, donde estuve dos cursos. Vivía con mis padres... En la C.U.S. no tuve mucha suerte, me lesioné el menisco, pasé una tortura con la fascia plantar... —Entiendo que a la Virtus Cagliari no le haría gracia que te fueras al rival de la ciudad. Entendieron que quería dar un paso más en mi carrera. La C.U.S. Cagliari jugaba en Liga 1, y la Virtus, en 2. —¿Y cómo reaccionó la afición de la Virtus? Nadie me ha demostrado que esté molesto. Entendería que alguien se enfadase si los clubes disputasen la misma competición. No era el caso. —La rivalidad, sobre todo en la misma ciudad, no entiende de categorías. Y entre la Virtus y la C.U.S. es inmensa... Entiendo que haya competencia entre los clubes, pero cada deportista toma la mejor decisión para su carrera.
Beatrice Carta siempre es un refuerzo positivo para sus compañeras. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Tu siguiente destino, Nápoles. Me llevó un tiempo adaptarme a una ciudad muy linda y con una gastronomía irresistible que siempre llevaré en el corazón. La gente es tan abierta y hospitalaria... —¿Por qué crees que Billy, tu perro, se enamoró de Xènia Artiga? [Sonríe]. Billy tiene un instinto para detectar qué personas son muy buenas para mí. Xènia es muy pura y espontánea. Mi perro se enamoró de ella por eso. —Aunque tu primera impresión sobre Xènia fue... ¡Terrible! [Risas]. Cuando no sonríe, Xènia no tiene la cara más simpática del mundo y yo pensaba: "No le caigo bien. Me odia". Cuando nos conocimos mejor, no tardamos en hacernos amigas. Tanto ella como Clàudia Baraut han sido un gran apoyo desde el principio. Siempre estamos juntas. —"Beatrice es generosa, alegre, divertida, tranquila y líder. Es vital para la unidad del grupo. En la pista destaca por su inteligencia, lectura de juego, generosidad y liderazgo", te retrata Xènia Artiga. ¡Guau! Me encantan sus palabras. En mis equipos siempre me han reconocido mi alegría y positividad. Quiero que todo funcione bien e intento ayudar a mis compañeras. —Anna Boleda asegura que...¿Qué te dijo? [Risas]. Le tengo miedo... [Risas]. —"Cuando llegó era muy tímida. Es muy reservada. Venía, trabajaba y se iba a casa", recuerda Anna Boleda.¡Y me encerraba en el piso! Hablaba un poco español, aunque no fluido como ahora, y me daba vergüenza... Además, empecé la pretemporada 10 días más tarde y las compañeras ya se conocían. Me dijeron que parecía una borde. ¡Y no! Creo que no lo soy nada. De hecho, me gusta mucho ponerme en la piel de los demás y arroparles. —Llegaste al Barça CBS tras promediar casi 19 puntos en el Dike Basket Napoli el curso 2017-2018. Pasaste de ser una referente ofensiva a delegar mucho más. Es así. Aunque los entrenadores me ponen a veces de escolta porque tiro bien de tres, disfruto más como base. Los puntos ya vendrán. Mi cometido es tratar de que el equipo juegue mejor. —¿Celebras más las canastas de las compañeras que las tuyas o me lo parece a mí?¡Es así! Cuando anoto, no me vuelvo loca ni lo festejo demasiado. No me sale. Celebro más un acierto del resto o una asistencia. Me gusta más asistir que tirar y anotar. —"Beatrice no es egoísta ni necesita protagonismo para estar contenta", destaca Anna Boleda. Si ganamos, no puedo tener mala cara, aunque mi actuación no haya sido buena. He tenido compañeras que en esa situación se enfadaban. Me molesta esa actitud. —Me da la sensación de que consigues desconectar rápido del partido cuando se acaba. ¡Exacto! Cuando era más joven, después de una derrota no salía y me peleaba con todos mis familiares... Hace un par de años que ya no actúo así. —¿Ese cambio de actitud se nota en la pista? ¡Sí! Disfruto más del juego porque me he quitado mucha presión. En la cancha estoy más suelta. Me he llegado a comer mucho la cabeza pensando en si me saldrían o no las cosas. Ahora tengo muchas ganas de que llegue el partido para pasarlo bien con el equipo.
Beatrice Carta durante el partido ante el CB Almería. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Naciste o te hiciste tiradora?Me hice. Siempre tuve un poco de tiro. Como con mis lesiones de rodillas no podía correr ni saltar, lanzaba, y eso me permitió mejorar mucho mi tiro.
—Tu porcentaje de acierto en triples ha bajado en España.
Sí, sí. Ya lo sé. —¿Es por las defensoras? ¿Porque no tienes tanta seguridad en ti misma?Ni idea. Quizás al principio no tirase bien y perdiese algo de confianza en mi lanzamiento. ¡Aunque hoy [por el sábado ante el CB Almería] he metido cinco triples! [Risas]. —En 10 partidos has recibido sólo nueve faltas personales. ¿Por qué no penetras y fuerzas más faltas? Es un aspecto que tengo que trabajar más. Isaac [Fernández] quiere que ataque y penetre más. Necesito añadir matices a mi juego y no sólo tirar de lejos. Las lesiones cambiaron un poco mi repertorio. Cuando tenía 18 años iba mucho más hacia adentro. Ahora, inconscientemente, me protejo más de los contactos. —¿Cómo es tu relación con Isaac Fernández? Me encanta como entrenador. Isaac me ayudó mucho a adaptarme el año pasado. Sé que confía en mí y yo, en él. Me gusta mucho cómo nos entrena, su riqueza táctica... —¿Ya te sabes el nombre de las jugadas?[Risas]. ¡Ahora sí! Aunque a veces me confundo y me sale una mezcla entre italiano y español. Te lo han chivado, ¿no?—Anna Boleda, en concreto. Asegura que a mitad de la temporada la acusabas de no saber pronunciar bien tu nombre. [Risas]. ¿Se pronuncia Beatriche? Sí, Beatriche. Es muy fácil, ¿no? Anna tiene un problema. [Risas]. —"Barcelona me lo da todo", escribiste en tu Instagram. ¿Por qué?Barcelona me ha abrazado desde que llegué. ¡Fue un amor a primera vista! Es una ciudad muy dinámica que me transmite mucha energía positiva. —¿Barcelona te ha hecho ser más tú?Me ha ayudado a analizarme y crecer más. Cuando sales de tu zona de confort, mejoras como persona. Aquí no conocía a nadie y ahora estoy rodeada de mucha gente que me quieren. Soy feliz. —Te analizas de una manera más sana. Exacto. Vivo más tranquila, serena, equilibrada... En Italia era profesional, tenía dobles sesiones de entrenamiento y no podía ir a la uni. Sentía siempre que me faltaba algo. Aquí estudio un Máster en Finanzas, que es a lo que me dedicaré en el futuro, y me siento más completa. Tengo dos caminos: trabajar en una consultoría financiera, mi favorito, o en el departamento financiero de una multinacional. —Salvo los tropiezos ante el Fundación Navarra Baloncesto Ardoi y el Unicaja, la temporada del Barça CBS es notable. Bueno... El partido contra el Segle XXI resultó muy difícil de ver. Ya, ya... No fue el mejor espectáculo. Estoy muy contenta de formar parte de un gran equipo que no deja de crecer y que, sobre todo, aprende de sus errores. —En abril, aquí, en el Palau Municipal d'Esports Juan Carlos Navarro, celebrasteis la clasificación para la fase de ascenso a Liga Femenina. Dependíamos de nosotras y ganamos al Fundación Navarra Baloncesto Ardoi. Fue una tarde muy emotiva y no se me olvida que el cuerpo técnico y las jugadoras acabamos en la ducha. Éramos un equipo tan unido... Eso multiplica las emociones. ¡Fue muy lindo! —En el debut en la fase se os escapó la victoria en un partido muy extraño ante el Celta Baloncesto. Ese encuentro fue una lástima. Sinceramente, creo que en la fase no jugamos nuestro mejor baloncesto. Inconscientemente llegué ya satisfecha por lo logrado, y fue un gran error. En una fase tienes que dar todavía más de ti. Además, jugamos contra equipos tan poderosos y expertos como el Celta Baloncesto o el CB Clarinos... Éramos un grupo muy, muy joven. —¿Te ves en la fase de ascenso a Liga Femenina Endesa?Compartimos el liderato del grupo B con el Bàsquet Femení Sant Adrià. Si conseguimos seguir en esta línea, ¿por qué no? —A ti las excusas no te gustan nada. ¡Las odio! —Y todo lo que piensas lo dices. Sí. ¿Se me nota mucho?—¡Y tanto! Me exijo mucho a mí y a los demás. ¿Sabes? Soy muy directa y cuando pienso algo, no lo escondo... A veces podría filtrar más mi discurso, aunque me encanta que me digan si hago algo mal. —¿Qué te gusta hacer para desconectar? Leer, cocinar, tener muy limpia la casa... Lo que te voy a contar es muy fuerte... —Miedo me das... Si mi hogar está desordenado, es porque no estoy bien. Voy dejando las cosas por aquí y por allá, hasta que me digo: "Reordenaré mi vida". Y empiezo con la casa. —Para ti la limpieza es terapéutica. ¡Sí! También me inspira mucho leer. Cualquier género me gusta. Y escribo poemas. Enlaces relacionadosXènia Artiga: "No quiero ser médica por un título. Mi objetivo es ayudar a los demás"
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