No se sabe exactamente el año en que fue pintado este retrato de Beatriz Sforza, pero debió ser alrededor de 1490, ya estando casada con Ludovico Sforza.
Es un retrato de una mujer muy joven de la alta aristocracia vestida a la usanza del Renacimiento italiano. Lleva un rico vestido de color verde oscuro con adornos rojos y dorados, colores muy usados en el Renacimiento.
Como dama de alta posición, completa el vestuario con dos espectaculares colgantes, uno que cuelga de la diadema que lleva en la cabeza, muy a la moda de ese momento, y que lo remata una gran perla en forma de lágrima; y otro que apoya sobre su pecho, insertado en una bonita gargantilla de perlas. Este último tiene un diseño que nos recuerda bastante al que luciera Eleonora de Toledo en el cuadro de Broncino, broche del que ya os hable hace meses.
Otra nota curiosa que nos dice claramente de qué época es la dama del retrato, es el peinado. Durante toda la Edad Media, la mujer ha escondido el pelo dentro de numerosos y variados tocados, y es a finales del siglo XIV, sobre todo en el XV y en Italia, cuando se está empezando a gestar un cambio en la manera de vestir. Los nuevos aires humanistas llegan también a la moda del vestir y el peinado. Las damas italianas son las primeras en mostrar el cabello, que lo sujetan y adornan con el llamado “tocado trenzado”.
Este tocado consistía en una cofia calada hecha de hilos de oro o plata, a veces adornada con perlas, que se sujetaba en la parte posterior de la cabeza, y se unía en la nuca con el pelo recogido en forma de trenza. La trenza se cubría con una funda hecha de maya de hilos dorados o plateados. La raya en medio dejaba caer por los laterales de la cara el pelo recogido, para recogerlo más tarde cubriendo las orejas y unido detrás de la nuca, terminándolo con una hermosa trenza.
En este retrato Beatriz Sforza cumple todos los requisitos de la moda italiana, tanto en el peinado como en el vestido y las joyas. No hay ninguna duda de ubicar el tiempo y el lugar en el que vivió esta bellísima princesa del renacimiento.
Beatrice fue una de las más bellas y cautivadoras princesas de la época. Nació en la cultural ciudad de Ferrara el 29 de junio de 1475, y a la edad de 5 años, con el fin de fortalecer la casa de los Ferrara de Este y la casa de los Sforza, es prometida a Ludovico Sforza.
En 1491 Milán se engalana para el acontecimiento del año. Va a celebrarse una doble boda: el enlace de Beatriz de Este con Ludovico Sforza y el enlace de Alfonso de Este -hermano de la novia- con Gian Galeazzo -sobrino de Ludovico-. Leonardo Da Vinci, que por esos años trabajaba como ingeniero de Ludovico Sforza, se encarga de organizar la fiesta y la decoración del palacio, inventando tramoyas que fueron la admiración de los invitados.
La gran personalidad y la dulzura de Beatriz hicieron que desde el primer momento fuese querida y admirada por toda la corte milanesa. Su amor por la música y la poesía y su pasión por el arte le hizo rodearse de los artistas más prestigiosos de Italia, y pronto la ciudad de Milán se convirtió en el centro cultural con más esplendor de Italia.
Era una mujer llena de atractivo, alegre y divertida. Su forma de vestir marcó moda en la corte de Milán. Aunque sufrió como todas las mujeres de la época las infidelidades de su esposo, nunca perdió el ánimo ni el buen humor. Una de sus más famosas amantes fue Cecilia Gallerani, de la que también os he hablado en el blog hace meses y con la que tuvo un hijo.
Esta bella mujer supo acompañar y ser un gran apoyo en las cuestiones políticas de su marido, pues poseía una gran inteligencia y habilidad política. Así lo pudo demostrar en 1492, cuando su marido la envía a Venecia para intentar ganar el apoyo que necesitaba de los venecianos para que le reconocieran como Duque de Milán. Beatriz llegó a la sala del consejo veneciano espléndidamente vestida de brocado y joyas, deslumbrando a todos con sus palabras.
Pero su vida quedó precozmente truncada cuando a la edad de 22 años muere de parto, al dar a luz al tercero de sus hijos, niño que nació muerto.
Ese triste 3 de enero de 1497 todo Milán, nobles y plebeyos, lloraron su muerte. Su tumba, junto con la de su esposo, se encuentra en la Cartuja de Pavía en la provincia de Lombardía, al norte de Italia.
Bibliografía e imágenes:
https://www.virtualuffizi.com/es/
http://www.historyandwomen.com/2013/09/beatrice-deste-duchess-of-milan.html