Un sónico caleidoscopio sería mi casi más cercana forma de definir este vinyl.
Una diversidad de instrumentos, colores, imágenes, sensaciones llenan cualquier atmosfera en la que he reproducido a Beaulieu Pourch, he escuchado más de un par de veces y sigo sorprendiéndome con nuevas sensaciones que surgen en cada una de esas reproducciones.
La aguja comienza a tocar "The colour 55 " una excelente rola que me recuerda en demasía esa psicodelia de los 60´s o The Virgin Suicides, el estruendo emocional y sónico que realizan algunas percusiones, trompetas, cuerdas, coros y la forma en que llevan y/o controlan y/o dirigen y/o crean esas implosiones corporales en 5:42 que dura la misma, es fascinante. Pareciendo o terminando agotado pero con una sensación de continuar sintiendo, es una alucinación de estar realmente probando esa cantidad de colores.
Enseguida, y como si tuviera que retomar fuerza me llega "Keep On Screaming", bajando de intensidad pero no de melancolía, donde la batería se vuelve más protagonista, otorgando otra sensación al girar en menor o mayor grado a este caleidoscopio sónico.
En " Greencroft Street", ocurre algo diferente, el piano me genera una sensación de tranquilidad, aunado a los coros que potencializan mi melancolía o neostalgia proyectando un sin fin de imágenes que se vuelven parte, al menos para mí, de la canción, lo que me hace partícipe de la misma. Creo que ésta es la que menor energía muestra, sin embargo, permite seguir en este vaivén efervescente.
Y es entonces cuando al girar de nuevo, los colores, o mejor dicho sonidos, se crea una explosión con "Raspberry Babies ", en donde se proyecta con mayor claridad su influencia rock, neo-garaje y en mayor grado neo-psych. Sin embargo, en esta me hizo falta una culminación diferente, me queda un dejo de sentirme abandonado por el grupo, esa forma de terminar me desconcierta, sólo me hizo falta que me bajara lentamente después de esa cantidad de adrenalina, ya que me deja en el aire en el último salto.
Por último, giramos el disco y nos encontramos con "Navy Blue" que cierra de manera extraordinaria la función que ha producido Beaulieu Pourch. Este track en especial es el que mayor satisfacción me ha provocado, acelera en el momento justo, rompe en el momento de circular, nebulosa y espacial, tranquiliza e inquita y es justo ahí, cuando quedamos devastados ante ese conglomerado de sensaciones que no permite mantenerse estático en esta frecuencia sónica espacial.
Un disco que nos permite realizar una mezcla entre esa psicodelia sesentera con diversos toques espaciales de hoy día. Ganma de colores, texturas, sonidos e imagenes que caben en 7" y que andará girando en mi cabeza por un buen tiempo.