Hoy termina el concurso para ganar la trilogía de Christina Lauren, Beautiful bastard (tenéis hasta las 12 de la noche para participad, os recuerdo), y qué mejor que publicar hoy la reseña del segundo libro de la trilogía, Beautiful stranger.
Esta trilogía sigue la estructura de pareja por libro que comparte universo y, por tanto, relación entre sí. En esta segunda parte, entonces, no encontramos con Sara Dillon, la amiga de Chloe (protagonista de Beautiful bastard), que ha decidido comenzar una nueva vida tras un horrible fracaso sentimental. Por eso, se cambia de ciudad y consigue un nuevo y estupendo trabajo en la compañía que Chloe y Bennett han abierto en Nueva York,
Sara también se ha propuesto cambiar, ser joven y sencillamente disfrutar, en vez de atarse a una relación tradicional. Sin embargo, la primera noche que sale con sus amigas, conoce a un guapo inglés con quien, contra todo pronóstico, se deja llevar. El inglés, de nombre Max Stella, queda prendado por Sara y no se puede creer cuando, por cosas del destino, descubre que está trabajando para su amigo Bennett. Éste, conociendo lo mujeriego que puede llegar a ser Max, le prohíbe que se acerque a Sara, pero Max está dispuesto a conseguir a la chica y ella ha dejarse llevar.
De nuevo, nos topamos con una historia muy sencilla, pero muy efectiva, ya que las autoras vuelven a combinar sexo, amor y diversión. De hecho, Beautiful stranger me ha gustado muchísimo más que su primera parte, ya que la pareja protagonista funciona mejor y es más explosiva.
Porque, qué pareja.
Por un lado, tenemos a Sara. Ya conocíamos a Sara por ser la amiga de Chloe, pero en este libro se indaga en ella y su historia es más compleja de lo que puede parecer. De hecho, Sara guarda ciertas sorpresas que no revelaré, ya que me gustó mucho cómo las autoras van dando información sobre ella. Lo que sabemos desde el principio es que ha estado en una relación desde hace mucho tiempo y que su novio fue un auténtico cabrón con ella, por lo que Sara sólo quiere divertirse, sin ataduras ni pretensiones. Y eso me ha gustado, el que no se hundiera, sino que luchara contra el dolor y se mostrara fuerte y se dejara llevar por la pasión y las ganas de experimentar.
Por otro lado, Max Stella es... Ainss, Max mola. Es una frase muy básica, pero es verdad. Si Bennett podía ser un capullo integral en ocasiones, Max es encantador desde el principio y la forma en la que se relaciona con Sara es muy chula. También muy divertida, Max tiene unas salidas geniales, pero ella está a la altura y la relación está muy bien llevada y no resulta ni repetitiva, ni se queda estancada en ningún momento.
Y entre el tira y afloja de estos dos, sexo. Mucho sexo. Al fin y al cabo, es una novela erótica. En este caso, tienen lugar en sitios de los más pintorescos, lo que le da un toque original y le añade esa gracia de: dónde lo harán a continuación, pues Sara pone como condición que sus encuentros no transcurran en una cama. Y es que Beautiful stranger tiene ese aire picante y divertido que hace de su lectura algo rápido y ameno. La novela se lee en nada, es muy entretenida y se pasa un muy buen rato con ella.
Vamos, al igual que su antecesora, no es una obra maestra, pero sí una novela muy divertida, sexy y entretenida con la que se disfruta mucho. Un buen entretenimiento, sencillo, pero efectivo, para tardes en las que no quieres pensar y disfrutar de una historia sin pretensiones.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Veronica Mars. The million dollar tan line de Rob Thomas y Jennifer Graham.