Revista Salud y Bienestar
El agua suprime el apetito en forma natural y ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas. Hay estudios que comprueban que al disminuir la ingesta de agua aumentan los depósitos de grasa y al aumentar el consumo, éstos disminuyen.
La razón es porque los riñones no pueden funcionar adecuadamente sin suficiente agua y derivan parte del trabajo al hígado, y como una de sus principales funciones es metabolizar la grasa almacenada para convertirla en energía, si este debe hacer parte del trabajo del riñón, el resultado es que metaboliza menos grasa, y esto dificulta el descenso de peso.
También, el beber suficiente agua es el mejor tratamiento para la retención de líquidos. El cuerpo interpreta la falta de agua como una amenaza a su supervivencia y empieza a almacenar cada gota. Esto se manifiesta en pies, piernas y manos. Los diuréticos ofrecen una solución temporal y a demás hay que tener en cuenta que fuerzan la salida del agua junto con nutrientes esenciales. Otra vez el cuerpo lo interpreta como una amenaza, y sigue almacenando agua. No se rompe el ciclo.
Además, el agua ayuda a mantener adecuado tono muscular, ayuda a eliminar toxinas (durante la pérdida de peso, el organismo debe eliminar más toxinas provenientes de la grasa metabolizada), ayuda a aliviar el estreñimiento (cuando el cuerpo recibe muy poca agua saca la cantidad que necesita de fuentes internas. El colón es una fuente principal. El resultado es el estreñimiento).
¿Cuanta agua es suficiente? En promedio se necesitan 2 lt. de agua al día. Una persona con sobrepeso requiere mayor cantidad de agua que una persona delgada, 2.5 a 3 litros. El ejercicio, las altas temperaturas y/o el ambiente seco también aumentan las necesidades de agua.
Cuando el cuerpo recibe toda el agua que necesita para funcionar de forma optima, sus fluidos están en perfecto equilibrio. Cuando esto ocurre, has alcanzado el "punto de quiebre". ¿Qué significa esto? La función glándula endocrina mejora. La retención de líquido es aliviada. Más grasa es usada como combustible, ya que el hígado está desocupado para metabolizar la grasa almacenada. Hay pérdida del hambre casi de la noche a la mañana.