La sección de 'Encuentros salvajes' se inauguró antes de lo que yo esperaba, y tampoco pensaba yo que íbamos a actualizarla tan a menudo para seguir presentando a algún protagonista de este espacio.
Se trata de una pareja de gorriones comunes que, aun que ahora viven como hermanos, no nacieron en el mismo nido. Uno llegó a casa de parte de una profesora del cole donde trabajo, quien lo encontró y me pidio que nos hiciéramos cargo de el ya que ella no sabía. El segundo llegó algo mas jóven, de nuevo de mano del don de Clara para localizar pajarillos caídos, un caso extraño ya que no recuerdo que hubiese ningún árbol cercano al lugar dónde fue encontrado. A partir de ahora, en honor a Adela (la hermana de Clara), quien los ha cuidado mientras estábamos de viaje, los llamaremos Pin (el mas jóven) y Pon (el mayor).
Ambos han estado bastante bien hasta ahora, al menos en lo que se refiere al tema de la comida. Pin aún no termina de aceptar un palillo de madera dentro de su boca, por lo que alimentarlo tiene bastante guasa la mayor parte del tiempo ya que, cuando se le introduce la comida, da giros bruscos con los que consigue sacarse la comida del interior de la boca. Pon siempre ha sido muy apañado, comió desde el primer minuto y sin ningún tipo de problema, aun que lamentablemente no todas son buenas noticias para este pajarillo. Está perdiendo plumas, lleva días con varias calvas y zonas clareadas y aun que come mucho está muy delgado. Por si fuera poco, hace poco descubrimos un dedito herido y malformado que seguramente, en caso de que sobreviva, deba ser amputado. Estamos teniendo mucha paciencia con el, pero las últimas horas ya han sido casi obligadas por lo que no se augura nada bueno para este bebé de pocas plumas, pero haremos todo lo posible para que salga adelante. Como no podía ser menos, aquí tenéis algunas fotos:
Esperemos que sigan desarrollándose completamente para dentro de poco comenzar a vivir en libertad, ¡deseadles suerte!
Actualizo: No ha pasado ni media hora desde que publiqué la entrada, pero el pequeño Pon no lo ha superado. Ahora es libre en el cielo de los pajarillos, lo he intentado con todas mis fuerzas y siento no haberlo conseguido, lo siento mucho pequeñín. Sepas que fuiste importante para mi, y te quise de la misma manera que he querido a todos los animalitos que han pasado por mis manos.
Abrazos fieros para todos.