El último grito en cribado genético. Por 1500 euros. La creación de los niños de diseño permite descartar enfermedades raras como Tay-Sachs y Zellweger, trastornos complejos como Alzheimer, diabetes y epilepsia, tumores de mama y próstata, ictus y asma, factores comportamentales como la dependencia a la nicotina, la dislexia y la inestabilidad mental, y rasgos externos como la pigmentación de ojos y piel, el tamaño de la cintura, los hoyuelos, la altura...Y así hasta 500 características.
El trabajo corre a cargo de la empresa GenePeeks, de Nueva York, que combina informáticamente el ADN de la madre y de posibles donantes de esperma, y selecciona de entre varios miles de embriones el perfil genético más sano y más a gusto de la receptora. La compañía está impulsada por Anne Morriss que tuvo un hijo mediante donación anónima que nació con un déficit metabólico de la enzima MCAD, que podría haberse evitado con este análisis, según su justificación. Y explica que su intención de momento es evitar la transmisión de trastornos genéticos, que sólo afectan al 5 por ciento de la población y que suelen descartar del 10 al 15 por ciento de los donantes masculinos, pero su patente incluye rasgos caprichosos.
El actual diagnóstico preimplantatorio que se hace en las clínicas de fecundación in vitro ya selecciona dos docenas de mutaciones peligrosas e incompatibilidades de los gametos, pero el diagnóstico virtual de GenePeeks eleva las posibilidades a cualquier enfermedad con influencia genética. Según se informa en New Scientist, el año pasado ya se concedió una patente parecida a la compañía 23andMe para seleccionar la herencia, que incluía algunos rasgos no médicos, pero diversas protestas obligaron a los directivos de dicha empresa a declarar que no usarían su herramienta informática para tales fines. Pero ¿quién regula y controla las crecientes tentaciones eugenésicas? Si la posibilidad existe, ¿por qué no utilizarla? ¿Quién va a impedir elegir el mejor embrión entre las 10.000 combinaciones posibles?
“¿Qué razones justificarían seleccionar la pureza de los gametos en caso de donación de esperma si nose hace para una fecundación natural?”, se preguntaba en el diario Le Figaro Louis Bujan, presidentede la Federación de Centros de Estudios de Conservación de Óvulos y Espermatozoides, de Francia.“Todos somos portadores de mutaciones”, continuaba. “¿Habría que alertar a los donantes del riesgo que corren cuando se les descubran alteraciones? ¿Y a sus familiares? Hay que respetar la igualdad entre las parejas en el momento de la concepción. Todo proyecto de nacimiento comporta un riesgo de enfermedad. Nadie está a salvo. Al proponer un cribado de este tipo, se podría interpretar como la búsqueda del gameto perfecto y la salud plena para el futuro niño. Es totalmente falso. Muchas enfermedades no son detectables, pues como es bien sabido dependen de los entornos y los estilos de vida”.
Vuelve a aparecer así el fantasma del bebé de diseño, modelado en el ordenador. El determinismo biológico de la mano de una eugenesia embrionaria, siempre a punto con las técnicas de reproducción artificial.