Beck: Radicalmente libre

Colors[Capitol]★ ★ ★ ★
[Ricardo Portmán] @ecosdelviniloColors es un disco que ha llevado el estéreo más allá de lo meramente sonoro, porque en su concepto Beck Hansen ha puesto un tema tras otro como layers superpuestos en una cuatricromía perfecta, jugando con los matices y el dibujo a mano alzada como concepto musical. Este es el disco donde Beck se muestra menos Beck, pero no por ello luce ausente, todo lo contrario: a través de su maestría trazando hits palpitantes ha demostrado que puede encontrarse a sí mismo a lomos de un material bastante alejado de sus registros más reconocibles.Recordemos que el cantante venía de triunfar con la calma chicha de Morning Phase, un álbum sutil, monocromo pero impresionista; ahora en Colors todo ha sido llevado al extremo en una explosión de dance caleidoscópico. Beck se ha servido bien de la pericia (como productor y co-autor) de Greg Kurstin. Colors suena actual pero suena positivamente añejo (esto nunca puede ser malo), rozando incluso la polémica de baja intensidad, porque todo suena tan familiar que hace dudar de si no pertenece a los surcos de artistas del pasado. Despuntan Dreams (a pesar de los coros a lo Girl & Boys de Blur), junto a las genuinamente ochentas Seventh Heaven y No Distraction. Para poner a comer aparte dejamos la gloriosa I’m So Free, el himno pop redondo, fibroso y con el estribillo del millón de dólares.Color flaquea en Square One y Wow (por mucho que haya sido elegido éste último como single), siendo dos pistas que caen en demasiados lugares comunes, no soportando la comparación con -reiteramos- I’m So Free o Dreams. Beck nunca sido amigo de camisas de fuerza ni tendencias y para este Colors se ha mantenido en sus trece: Es un artista radicalmente libre, melódicamente supremo y campeón de la generación de reacciones. 
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