Revista Música

Beethoven y el chavo del 8

Por Joello
Beethoven y el chavo del 8
Tengo que confesar que tardé mucho tiempo pensando en si era buena idea escribir este post o no. Al final, creo que es adecuado, sobre todo porque ya he hablado sobre lo importante que es la memoria asociativa en la percepción musical y las malas jugadas que nos puede hacer a la hora de apreciar música. El caso que comento en este post es para mí, el más lamentable de todos los ejemplos donde la apreciación musical se ve torcida por un elemento circunstancial ajeno a la pieza escuchada.  El caso es el señalado en el título y estoy seguro que la mayoría de los lectores sabe de qué se trata.
Seis variaciones Op.76 de L.v. BeethovenEn 1809, Ludwig van Beethoven compuso unas variaciones para piano sobre un tema original. En 1811, Beethoven volvió a utilizar este pequeño tema original como base para uno de los temas de música incidental que compuso para la obra de teatro Die Ruinen von Athen (Las ruinas de Atenas).  En la trama de Las ruinas de Atenas, se indica un conflicto con el imperio turco y ese pequeño tema de 1809  es utilizado para una marcha que refiere a esta cultura. Al tema orquestal se le da el nombre de “Marcha turca” y es justo la melodía de esta marcha  la que, a raíz de versiones reducidas al piano y otros instrumentos se popularizó hasta convertirse en uno de los éxitos meméticos más importantes del compositor.
En el año 1970, un músico francés llamado Jean-Jacques Perrey, quien fuera un pionero en el uso de sintetizadores, realizó una “composición” que utilizaba de base la famosa Marcha turca de Beethoven. “The elephant never forgets" (esta pieza de música electrónica) podría haber sido un tema que pasara desapercibido por muchos; sin embargo, las circunstancias se dieron y tal tema terminó siendo el tema musical de un programa cómico mexicano, el cuál como todos sabemos, tuvo un éxito inigualable. La melodía ha pasado a ser, por lo menos en Latinoamérica, simplemente el “tema del chavo”. 
"The elephant never forgets" del álbum Moog indigo
Ese fue el camino histórico recorrido por la melodía Beethoveniana.
Ahora hago un rápido paréntesis, ya que es necesario explicar un detalle. La manera en cómo analizo este fenómeno está enraizada en los conceptos de memética (nada profesional, solo utilizo la idea esencial de la teoría). Utilizo el enfoque de memética, en el  sentido más amplio y tal vez más cercano  al original establecido por Richard Dawkins en El gen egoísta.  Es decir, un meme es una unidad de información cultural, que se replica y transfiere entre la población humana,  a semejanza de un gen (o un virus, o cualquier unidad con información genética) que se replica a lo largo del tiempo. Al igual que la información genética, algunos memes triunfan y permanecen, mientras otros desaparecen. También a semejanza de los genes, los memes pueden “mutar” haciendo cambios en su estructura, esto puede ser favorecedor o dañino a su capacidad replicadora.  Al extender el concepto de selección natural a los memes, donde los “más aptos” son los que permanecen, la semejanza entre genes y memes se va haciendo más difícil. Sin embargo, es sabido que hay memes (información cultural) que se mantendrán y se distribuirán a más personas  que otros, debido a circunstancias imposibles de establecer con exactitud. La música es información cultural y puede ser examinada con esta perspectiva. Dada esta explicación, regresamos al tópico principal.
Como vemos, este meme (la melodía de Beethoven) sufrió cambios. La creación de Jean-Jacques Perrey, que podría ser considerada como una especie de “meme mutado”,  es el proliferado en la  mayor parte de la población mexicana (tal vez latinoamericana). No olvidemos que este meme mutado sigue conteniendo información cultural que viene desde la mente de Beethoven (la melodía en abstracto) y no puede ser separado como algo totalmente distinto. Este hecho por sí mismo no justificaría que yo escribiera una larga entrada en mi blog, ya que la modificación y recortes de melodías a lo largo del tiempo es algo muy natural. El problema es que en este caso la información cultural que más pesa en este “meme mutado” no es Beethoven, no son los turcos… sino un personaje cómico inventado más de 150 años después, que nada tiene que ver con la obra del compositor.
El resultado es evidente: gran parte de la audiencia de habla hispana no puede escuchar la Marcha turca sin que el chavo del ocho venga a la mente como parte de la melodía que están escuchando. No sólo eso, también es aceptable incluso hacer comentarios bromistas al respecto; asimismo se dice con naturalidad que “Beethoven compuso el tema del chavo” y de hecho, he percibido que la visión general al respecto es de un “qué curioso” y ya.  Pero para alguien que gusta de analizar las cosas con detenimiento y que además es un amante de la música clásica, no todo es tan simple.
El siguiente paréntesis personal es sobre apreciación musical. Supongo que cada quien tiene su manera de apreciar la música. En lo particular, disfruto de la música clásica como lo que es, un trabajo artístico. Una parte de la apreciación de la obra de arte, no solo es disfrutar de la estética o de las sensaciones producidas, uno trata de meterse en la mente del creador. Al fin y al cabo, el producto artístico es un “pedazo” de la mente (otros más románticos dirían el “alma”) del artista. Una configuración fijada de técnica, ingenio, ideas, sensaciones, emociones, intenciones, etc… eso es la obra y nosotros de espectadores nos metemos en su mundo y lo disfrutamos. Nosotros intentamos hacer una especie de “empatía mental” con el artista. Pero todos nosotros tenemos nuestra propia historia, nuestros propios sentimientos, conocimientos y sesgos; los cuales nos pueden acercar o alejar de la apreciación de la mente del artista.
En el caso que estamos tratando aquí, podríamos preguntarnos ¿En qué consiste exactamente esa porción de mente que Beethoven nos brinda en la marcha turca? No podemos decirlo con exactitud, ya que todos percibimos de manera distinta al artista a pesar de que todos estemos buscando la empatía mental con la misma obra. Pero algo es seguro: la marcha turca como creación de Beethoven no tiene nada que ver con el chavo del ocho (ya que Beethoven nunca lo tuvo en la mente). No obstante, eso sigue siendo la percepción de un público mexicano que no puede separar ambas ideas: escuchan la marcha y el chavo viene a la mente (memoria asociativa). Ya que la mente del oyente está insertando como predominante, una información cultural ajena a la obra original (el meme del chavo), aquella empatía mental con el artista (Beethoven) se pierde y  entonces, la apreciación artística no es posible. Es de esa manera en que concluyo que este segmento de la audiencia mexicana es incapaz de apreciar la Marcha turca de Beethoven (aún escuchándola), porque el fuerte sesgo de la asociación impide una empatía coherente con la obra auténtica. El verdadero meme de Beethoven en realidad no llega a tantas personas como parece. 
Quiero aclarar un par de cosas. Primero: no pretendo decir que el público esté mal, o sea un inculto, irrespetuoso, ignorante, etcétera; sino hacer entender que a mi parecer, este es un fenómeno natural (memética), que por mero azar llegó a este punto. Triste, pero así pasó. Segundo: no pretendo decir que ni un solo mexicano podrá disfrutar de la obra de Beethoven. Estoy seguro de que por ejemplo, todos los músicos pueden disfrutar musicalmente de la Marcha turca de Beethoven, puesto que la formación musical puede eliminar cualquier sesgo obstaculizador que por circunstancias (haber nacido en México y haber visto el chavo) hayamos adquirido. La música tiene su propia estética en su condición de música absoluta también y esa es independiente de cualquier circunstancia extra-musical, ya sea de origen o posterior (como en este caso). Así, cualquiera puede llegar a apreciar a Beethoven en la famosa melodía. Pero un oyente estándar, no acostumbrado a la música clásica, escuchará comedia, recordará su infancia, sonreirá y comentará que Beethoven la compuso sin querer queriendo.
Es por eso que cuando veo un comentario de esa índole en un video de Youtube de la pieza, a mí no me parece nada gracioso; me parece triste, pero estoy perfectamente consciente de que esta reacción no la comparten muchos. La gran mayoría lo encuentra gracioso y otra parte se molesta, porque tal comentario les parece degradante hacia la obra. Para mí, es lamentable simplemente porque el Beethoven de la Marcha turca ya no llegó a estos oyentes. No es la culpa de las personas, fue simplemente la “suerte” de la obra que le llevó por ese camino memético.
Sé que hay varios otros ejemplos, donde la apreciación de melodías de música clásica ha sido afectada por factores circunstanciales ajenos a las obras. Pero creo que no hay ejemplo que yo lamente más que el que acabo de describir.
Detalles personales que tal vez interese saber:
  • Die Ruinen von Athen, la obra que contiene los temas incidentales que compuso Beethoven, es una de mis obras favoritas del compositor. Me parece que ha sido bastante olvidada y que merece más difusión. Fue la estima que le tengo a la obra uno de los factores que me inspiró a escribir este post.
  • Aunque como cualquier mexicano, yo también vi el chavo del ocho, tengo la impresión que tal programa no marcó mi vida de la manera en como marcó la de muchos otros. Estoy seguro que lo disfruté y reí con él cuando era niño, como con muchos otros programas, pero nada más. Aparentemente muchos continuaron el consumo de este programa mucho más allá de la niñez,  ya que muchos adultos parecen adorar al personaje; pareciéndoles simpático hasta adoptar las líneas del programa en la vida real. Más allá que un viejo programa cómico para niños, el chavo no representa nada más para mí y no me animaré a dar mi opinión sobre el programa en sí porque sé que para algunos la imagen del chavo es poco menos sagrada que la virgen de Guadalupe.

Obviamente vamos a terminar el post con música y qué mejor música, que el ejemplo tratado aquí. Esta es la Marcha turca de Las Ruinas de Atenas, aquí podemos escuchar a Beethoven, aunque muchos, lo que escucharán, será el tema del chavo.

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