Articulo publicado en el Blog viajero de ReservasdeCoches.com
¿Os habéis portado bien este año?
Las tradiciones navideñas pueden variar mucho de un país a otro. Así como hoy muchos niños se habrán despertado ansiosos por ver sus regalos de Reyes, en algunas partes de Italia estaban esperando a otro personaje: la bruja Befana.
La Befana es una figura con una larga historia, con raíces en la época romana. Su origen se remonta a la celebración del solsticio invernal, cuando se festejaba la muerte y el renacimiento de la naturaleza. Según la tradición, en la duodécima noche después del solsticio, la diosa Diana volaba con sus cohortes sobre los campos y les insuflaba su poder para que la próxima cosecha fuera abundante. En otras mitologías, como la germánica, existían creencias similares.El cristianismo quiso erradicar esta costumbre sustituyéndola por la de los Reyes Magos, que además coincidía en las mismas fechas (el nombre de Befana es, de hecho, una deformación de “Epifanía”), y asoció esta práctica a influencias satánicas. La figura de la Befana adquirió entonces el aspecto y las prácticas que la iglesia católica asociaba a las brujas: una mujer vieja que volaba sobre una escoba.
Según otras versiones cristianas más amigables, los Reyes Magos, en su camino hacia Belén, invitaron a una señora anciana a acompañarles a ver al niño Jesús, pero ella rehusó. Más tarde se arrepintió de ello, preparó una cesta con frutas y dulces, y salió a buscarlos; pero no pudo encontrarlos, así que se detuvo en cada casa dando parte de la cesta a los niños, con la esperanza de que alguno fuese Jesús. Desde entonces, cada año en esa misma noche la señora viaja por todas las casas regalando dulces a los niños para hacerse perdonar.
La tradición de la Befana no sólo sobrevivió, sino que adquirió la misma función que los Reyes Magos o Papá Noel: traer regalos a los niños que se han portado bien durante el año, y carbón (de azúcar, en su defecto) a aquellos que se han portado mal. La costumbre es dejar un calcetín (lo más grande posible) junto a la ventana, para que la Befana lo llene de caramelos (hoy en día sustituidos por los regalos) y dejarle, para ella, algo de comer y de beber para que continúe su viaje.
La Befana es un ejemplo entre otros tantos de las tradiciones paganas que han sobrevivido hasta nuestros días, aunque cambiadas por el paso de los milenios. Por distantes que nos parezcan, las raíces de nuestros ancestros siguen viviendo en nosotros.
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Fotografía de Square87 en Wikipedia.
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