Ustedes perdonarán pero el deber manda. Y mi deber es el ocio. Ya pasó el tiempo de otras obligaciones ineludibles. En el ocio entra este blog y por supuesto la blogosfera en general. Pero también hay otras obligaciones que como buen estoico me impongo para flagelarme: algún viaje.
Esta vez más que un viaje es un viajecito. Y es que aprovechando un regalo de nuestros hijos, allá por Reyes, hemos venido a parar a Begur, un pueblecito de Girona que está en plena Costa Brava. Aquí nos esperaba un hotel rústico majo y unos espléndidos paisajes de mar y montaña.
Desgraciadamente, a pesar de que decían que tenía acceso a Internet, la cosa ha fallado. A duras penas y desde otro “parato” estoy intentando escribir esta entrada. Así es que disculpen lo rápido y pueril de este post, que más que nada es para comunicarles que debido al viaje y la dificultad de conectarme, tendrán que resistir mi ausencia hasta el domingo. Donde ya les contaré algo más de este viaje, porque esto no termina aquí en Begur, mañana y pasado nos iremos a Girona, ciudad que, aunque parezca mentira, no conozco.
Por lo tanto, si estos días no puedo hacer más entradas y contestar comentarios o entrar en sus bitácoras, diviértanse como puedan, por ejemplo viendo a Belén Esteban o un partido de “furbo” que es lo que revienta audiencias.
Y aquí les dejo con alguna foto, la prueba de que he estado por estos lares, no vayan a pensar que me he recluido en un convento.
Sólo queda hacer un ruego a nuestros queridos políticos: No montéis circos hasta mi vuelta, que no se os puede dejar solos.
¡Hala, que ustedes disfruten también! Me voy de calas.
Salud y República