A Buddy le ha tocado ser niño en el Belfast de finales de los años 60. Su barrio, sus calles, sus vecinos, su casa, el lugar en el sentirte protegido va a dejar de serlo.
Basado en la propia infancia de Branagh, Belfast es el relato del sinsentido. De como determinadas luchas políticas, religiosas no tienen sentido cuando aterrizan en las calles, en las casas, en los amigos. ¿Cómo convertir a tus vecinos en tus enemigos? ¿Cómo puede entenderlo un niño de 9 años protestante enamorado de una niña católica?
Maravillosa la mirada de Belfast a través de los ojos limpios de Buddy. Solo quiere ser un niño preocupado por sentarse en clase cerca de la niña que le gusta, ir a casa de sus abuelos, ir al cine y jugar en las calles. Branagh elige muy bien a los actores, con una Judi Dench poderosa en sus intervenciones, para componer a una familia buena y bella, con la que emocionarte y sentirte en casa.
Un relato intimista centrado en la familia de Buddy, con unos padres que solo quieren lo mejor para sus hijos. Y eso implicará tomar decisiones difíciles y complejas de entender para Buddy.