Revista Viajes

Bélgica en un día de sol

Por Srbaritono

Martes 6 de abril de 2010


Nos despertamos y al mirar por la ventana ¡¡¡no vimos nubes!!! Todo estaba completamente despejado. Al principio no nos hicimos demasiadas ilusiones, estábamos en Bruselas y en Brujas era posible que no hiciera igual de bueno. Pero resulto que hizo un buen día también allí.
De camino a Brujas, nos cogió otro atasco, esta vez mayor que el del día pasado. Pero tampoco se nos hizo demasiado pesado. Pusimos la música a tope, bajamos las ventanas y amenizamos un poco el embrollo. Lo mejor fue cuando paso en un coche una chica haciendo lo mismo que nosotros pero contenida (estaba escuchando música y bailando, pero con las ventanas subidas). La miramos y empezamos a bailar como ella. Al principio se puso roja como un tomate, pero luego se reía y nos siguió el rollo, jajaja.
Una vez en Brujas, fuimos directamente a la otra punta de la ciudad para ver los molinos. Después, como era ya bastante tarde, decidimos buscar un sitio para comer. Como queríamos ver después el museo del chocolate (Choco Story), nos quedamos a comer en la plaza Van Eyck, que quedaba cerca. La comida fue un timo, nada barato y muy poca calidad.
Viaje a Bélgica - Día 4
Después de comer fuimos al museo del chocolate. No merece la pena que gastéis vuestro tiempo en ir a verlo. No es interesante. Creo que nos salimos a los 10 minutos de entrar como mucho.
Tras el chasco del Choco Story, fuimos a ver el museo de la cerveza De Halve Maan. Este sí fue interesante. La visita guiada era en inglés, francés o neerlandés. Fuimos en el grupo inglés y la guía hacía chistes malos contínuamente. Había una señora con una cogorza fina que se los reía todos, jajaja, fue gracioso. Desde la azotea se podían sacar unas buenas fotos de la ciudad.
Viaje a Bélgica - Día 4
A la salida, te daban una Brugse Zot rubia. Muy rica, pero no tanto como la que tomamos antes de entrar al museo, la Straffe Hendrik, de la misma marca pero tostada triple.
Viaje a Bélgica - Día 4
Después de andar un poco más por Brujas, cogimos el coche con dirección a Gante, a donde llegaríamos ya casi anocheciendo. Aparcamos el coche en la calle, en la plaza de St. Jacobskerk. El parquímetro era barato y tampoco teníamos pensado estar mucho tiempo.
Gante es una ciudad muy pequeña y su principal atractivo es, siendo ya bonita de por sí, su iluminación cuando cae la noche. También hay muy buen ambiente, muchos estudiantes de Erasmus (muchos de ellos españoles). La pena fue que buena parte de Gante estuviera levantado por obras, haciendo que faltara también un poco de iluminación en algunas zonas.
Sin duda, la zona más conocida de Gante es Graslei y el puente St. Michiels. Estaba lleno de gente tomando algo en la calle. Nos gusto mucho todo, pese a que estuviera un poco "patas arriba" por las obras, es una ciudad que tiene un gran atractivo.


Tras ver Gante, el cansancio ya se empezaba a notar después de 4 días desgastando suela por todo Bélgica. Volvimos al albergue en Bruselas para descansar y preparar la visita a la capital.


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