
Ya hay tantas, hermosas, bellas,
mujeres guapas en el mundo,
que pocas llaman la atención,
y muchas en esta ciudad caribeña
que juegan a no parecer distintas
por serlo de nacimiento,

frente a esas de otro volumen de apariencia,
aparecen sencillas y con menos maquillaje
de divina apariencia,
que las hace naturales y más atractivas
y con mucha mayor personalidad.
Y mientras esas hermosas, bellas,
y guapas mujeres manufacturadas
se miran en el espejo,
en el grande de su casas antes de salir,
para ser piropeadas con justicia y mucho misterio,
después a todas esas horas van a la "toilette",
se observan las mismas arrugas disimuladas
para después en cualquier rincón

verse en el cristal de cortesía,
las mismas que cubren con urgencia
con una crema de marca,
que siempre llevan consigo,
en ese bolso de cocodrilo
que mudo y sin colmillos guardan
esos secretos inconfesables de
un celular que siempre está en Instagram
y cada vez más en el tik tok,
otras escuchan con atención
en su barrio de color
ese disparo como un cañón,

de la voz de un Rubén Blades,
que les dice al oído,
rompiendo la intimidad de la noche,
sois hermosas, igual de bellas que el sol,
que la vida da sorpresas,
sorpresas te la vida,
salir cuando queráis al balcón,
salir cuando queráis a la pasarela
a la pista de baile
de la vida, con vuestro paso seguro


y llamativo con esas bailarinas o tacos
de igual altura
que no os hará menores,
ni siquiera por el color de piel,
siempre gigantes vayáis como vayáis,
en esta noche de luz y un baile para todos,
tan igual para todos,
bellas, hermosas y menos feas,
en ese baile en el que brillan los ojos inquietos,
otros muy serenos,
y esa música que envuelve a todos
y todos quieren escuchar,
guapas y menos feas,
tan poco horribles,
tan atractivas lo seréis todas como está noche
de luz, música y amigable ambiente
del que Rubén Blades es su autor.
Belz