A mí Sandra Bullock siempre me resultó muy atractiva. Digamos que tiene ese no se qué, esa rudeza medio masculina que supo jugarle a favor en films de acción como “Máxima velocidad”, mezclada con una perceptible (falsa) torpeza, casi tosquedad a la que le sacó provecho en “Miss Simpatía”. Dos películas no malas, ambas con secuelas (la de la primera y no me gustó; no quise ver la de la segunda), son los éxitos comerciales más importantes de la actriz, que se ha demostrado -o ha intentado demostrarse- versátil. Allí están “La red” y “El demoledor” (con Stallone y Wesley Snipes) como otras propuestas de acción, pasando por el intento con el thriller en “Murder by numbers” y su último grave error en un horrible film como “Premonición” (aquí mi crítica), que no es ni thriller ni terror ni nada.
Que quede claro: además de parecerme bella, a mí me parece una gran actriz, que a mi entender encuentra su mayor lucimiento en las comedias románticas (“While you were sleeping” es el mejor ejemplo, “Amor a segunda vista” es otro) y en menor medida en los dramas medio corales del estilo “Divinos Secretos” o los dramas más románticos como “The Lake House” (dirigida por el compatriota Alejandro Agresti). El asunto con Sandy los críticos ha sido siempre complejo, dado que muchos alaban sus dotes cómicos pero la ven poco creíble dramáticamente. Nadie nunca la ha destrozado de manera muy violenta, pero a la vez es cierto que el público en general no la respeta mucho.
¿Hay que respetarla? No lo sé, pero creo que en la película de hoy se encuentra la justa medida de lo que Bullock puede hacer, y un film como ejemplo indudable de su talento. Una historia de vida con tintes de drama romántico y familiar en la que la actriz despliega al máximo su ternura (algo que es digno y bonito de ver), carisma e imponente presencia. Es un film poco conocido que podría figurar como “Rareza de la semana” sino creyera que el que tendremos el fin de semana es menos ubicable; pero fundamentalmente es válido porque posiciona, como “Honey” a Jessica Alba, a su protagonista como estrella.
La crítica de “Hope Floats”, a continuación.
"Hope Floats"
Forest Whitaker tiene algo con los fuegos artificiales. Cuando vi “First Daughter” claramente reconocí la voz del narrador –la suya- al comienzo del film. Era la historia de la hija del presidente, una persona viviente que experimentaba situaciones reales; pero la narración lo hacía ver como un cuento de hadas. El momento final de la película contenía un monólogo de cierre acerca de príncipes y princesas, y luego muchos fuegos artificiales en el cielo.
Esto es una parte de cómo Whitaker percibe la realización como director. Es un actor excelente pero como director tiene que tomar otro punto de vista; y elige la felicidad, el optimismo si prefieren. Dibuja los diferentes matices del film para que podamos sufrir junto a los personajes porque no todo es color de rosa, ¿saben? Pero de alguna manera también anticipamos sonrisas y risas; Whitaker se asegura de que nos demos cuenta de ello.
Su cámara tiene una luz intensa todo el tiempo, la oscuridad sólo aparece con la melancolía y la timidez; el amor prohibido. No con la tristeza: nos deja ver las lágrimas con claridad; lágrimas de dolor en los momentos más duros, lágrimas de alegría en los revitalizadores. El film sigue a Birdie Pruitt (Sandra Bullock) en su desarrollo de una vida nueva. Antigua reina de graduación, popular y odiosa porrista... Se casó con su novio de secundario que luego las abandonó a ella y a su hija Bernice (Mae Whitman).
Birdie ahora se está quedando en lo de su madre Ramona (Gena Rowlands), en Smithville Texas. El film se rodó allí en la locación exacta, y Bullock pasea sus preciosas piernas por la ciudad intentando conseguir trabajo, quizá establecer una relación, o hacer cosas para y por su hija y su sobrino Travis, sólo para descubrir que nunca ha podido hacer nada de esto, y que tiene que aprender.
Cuando va a una agencia de empleo, la secretaria comienza a saltar como si fuera una celebridad (en su ciudad lo era, quizá) y le pregunta: “Viniste a ver a Dot?”. “Sí”, Birdie responde sin entender del todo. La secretaria le dice que espere y luego de unas horas se ve con Dot, quien dice: “La misma vieja Birdie”. Luego de esto, Birdie responde: “La misma vieja Dot”, sin saber quién es. Dot se da cuenta de eso y hace que Birdie se percate de lo mal que la trababa en la secundaria.
Luego se cruza con Justin Matisse (Harry Connick Jr.), un tipo trabajador que a su madre le gusta para ella; suficiente como para arreglar encuentros, cenas y citas inesperadas. Algunas caminatas que hacen revelan lo quedada que Birdie está con la vida, estancada. Cuando están hablando, Justin hace un movimiento: “Sabés que me diste mi primer beso real, ¿no?”. Discutiendo asuntos amorosos, Birdie concluye: “Bueno, yo sé que vos gustás de mí...” Justin se queda quiedo: “¿Gustar? Ya no estamos en el secundario”.
Todo eso se maneja en el primer guión de Steven Rogers, incluyendo una escena específica que muestra una combinación comprometida que conlleva a una felicidad final. Bernice está enojada, entonces Birdie, Ramona, Travis y un amigo le cantan una canción, y en un minuto están todos bailando en la cama. Durante el baile y la canción Whitaker muestra las caras y expresiones de cada uno de los personajes...Están todos sonriendo; y es tan encantador y contagioso. Birdie soluciona los problemas cantando en ese momento, luego, intenta con esfuerzo ser una madre y una hija en sus charlas con Bernice y Ramona, compuestas por una técnica conmovedora en las palabras de Rogers.
Las charlas –a veces discusiones- con Ramona son más intensas, así como lo es la confrontación actoral entre Rowlands y Bullock. Rowlands entrega, lo crean o no, una actuación digna de Oscar con su abuela optimista y amante de la vida. La manera en la que dice las cosas hace que el espectador crea que tiene la sabiduría. Bullock es de las actrices que más admiro y esta película muestra una fase emergente de su carrera, totalmente natural. Los chicos también son elecciones perfectas así como Harry Connick Jr.; definitivamente no el típico galán.
Sin embargo, parece el hombre perfecto en la última escena del film, en la que aquella canción perfecta comienza a sonar y... ¿Se acuerdan lo que les dije de la narración? ¿Y los fuegos artificiales?
---8/10