Buenos, soleados, veraniegos y gloriciosos días queridos fashionistas,
Estoy emocionada con la cantidad de cosas bonitas que han salido ultimamente, ya iré poniendo poco a poco y esta vez, un oriental maravilloso para empezar de cine la semana.
Trajo una idea para un modelo básico y se llevó una maravilla, el día de la cita, para enseñarme la tela de la falda y el cuerpo, empezamos a hablar de trajes y cómo no! acabamos hablando de perros, de los nuestros en concreto, y así me volví a casa, con una charla estupenda con un vino y nada de medidas y el traje ligeramente esbozado.
Cuerpo de tul elástico color carne y falda roja de volantes. La tela roja, un tul fino, era una pieza que no había visto antes, completamente cuajada de volantes, lentejuelas y fruncidos, además la clienta quería hacerlo rasgado, así que los acabados perfectos y el bajo dejaron de ser un problema.
El cuerpo iba con escote en forma de corazón forrando el sostén y cremallera en la espalda, la falda montada a la altura de la cadera asimétrica y dejando una cola de dos metros y pico cortada aprovechando la forma del volante.
En el “cierre”, que no lo era porque ni abría ni cerraba, mas bien escondía la unión, le colgué unos volantes cortados a lo loco para tapar y dar movimiento acompañando los golpes de cadera, una vez montado todo, quedaba la decoracion, y ahí se me fue de las manos…había traído unos apliques sencillos en plata y rojo y una piedras en rojo brillante, uno de los apliques al pecho y el otro a la cadera haciendo una diagonal, les añadí unos volantes por debajo para levantarlos y empecé a poner las piedras, una aquí y otra allá, y el siguiente espacio gritaba – Yo! aquí, pon piedra también…finalmente todas y cada una de las 100 piedras que trajo acabaron cosidas al traje.
Para cerrar el sostén, vivo – es una pieza de tela, doblada por la mitad para embellecer costuras, sea una cremallera, una sisa o cualquier tipo de borde – en rojo hecho con mas volantes, así como los tirantes y un volante final rodeando sólo un lado del cuerpo para acabar en la espalda.
Fue un traje fácil en cuanto a la ejecución de la idea, se manejaba muy bien, muy agradecidos los cortes, y fue mucho trabajo de hormiguita, muchas costuras, muchos cierres, muchos nudos, excepto las costuras laterales del cuerpo y los tirantes, el resto, a mano.
Sin prueba final, si pudiera reproducir las palabras que las clientas me dicen…alegría inconmensurable…eso me lo quedo para mí, un orgullo mas, una pieza mas por el mundo.
Larga y feliz vida, Margot
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