El 24 de Junio de 2004 los Chicago Bulls elegían en el Draft en la posición tercera al escolta británico Ben Gordon. Prácticamente 20 años antes, el 19 de junio de 1984, el equipo de la Ciudad de Viento también elegía a otro escolta en la posición tercera del Draft, Michael Jordan.
La carrera de ambos jugadores ha sido muy distinta ya que el primero jugó a un buen nivel en los Bulls y el segundo se convirtió en la mayor leyenda de la historia del baloncesto.
La cuestión es que ambos tienen algo en común en su temporada rookie, que va más allá de la casualidad de la posición en la que fueron elegidos y de su rol de juego.
Michael Jordan fue nombrado Rookie del año en su primera temporada en la NBA, convirtiéndose en el primer jugador de los Bulls en conseguirlo en la historia del equipo del Estado de Illinois. Jordan fue el mejor de los mejores entre los Rookies, pero la historia de Ben Gordon va más allá, ya que consiguió un reconocimiento único en la historia de la NBA.
Ben Gordon fue nombrado Mejor Sexto Jugador de la NBA en su temporada Rookie.
Más allá de haber conseguido el hito de ser el primer rookie de la historia en ganar este Premio, hay que decir que nadie más lo ha vuelto a conseguir. Tan solo el escolta británico ha logrado ser el mejor sexto hombre en la temporada de debut de un jugador en la NBA.
En la carrera por el Premio Rookie of The year, Emeka Okafor, se impuso de forma ajustada a Ben Gordon que quedó en segundo lugar.
Éste de los 82 partidos de temporada regular que jugó en 2005 apenas empezó 3 partidos como titular y los otros 79 desde el banquillo llegando a disputar más de 24 minutos por partido.
En ese tiempo de juego promedió 15.1 puntos, 2.6 rebotes y 2 asistencias por partido.
Fue clave en la obtención de dicho reconocimiento su labor empezando desde el banquillo en unos Chicago Bulls que pasaron de 23 victorias en la temporada 2003-2004, a 47 en la 2004-2005.