Revista Cultura y Ocio
Los pálidos ciervos
beben silenciosamente
en los espejos del miedo.
Desde la otra orilla
ven flores de ceniza
y árboles heridos por el rayo.
Con la mirada atada
a la raíz del llanto:
ven en el negro corazón del bosque
el rostro quemado del amor.
La sombra del árbol
delimita el espacio
total del abandono,
el lugar donde canta
la raíz de lo inaudible.
Rota la copa del sueño,
en la luz derramada
comienza a arder silenciosamente
el pájaro único de la vida
y del entendimiento.
Beñat Arginzoniz. Oscuro animal celeste. Ediciones El Gallo de Oro, junio de 2016.