¡¡Bendita cebolla!!, bendita sí, porque mira que me gusta a mi para todo pero nunca habría dicho que me gustaría también para pasar una noche sin tos. Ya en su día mamá en Alemania nos contaba su experiencia con ella, y confieso que me costó creerlo. Pero muchos de los comentarios a su entrada confirmaban las propiedades curativas. Después de leer esto prometí que si me veía en alguna con tos catarral me arriesgaría a que el cuarto oliera a sobaco turco (palabras textuales de mamá en Alemania).
Como ya os he dicho estamos en el primer proceso catarral-placas-tos-mocos de la temporada. El antibiótico, los antitérmicos y el termómetro están siendo nuestros fieles compañeros este fin de semana. La cosa va como siempre ha ido, y una semana de esta guisa no nos la quita nadie, hemos tenido muchos mocos estos días y ayer tarde la tos cansina hizo acto de aparición. Llegó la noche y la hora de acostarse, tos y más tos. Y aunque tengo jarabe en casa, dar más potingues a mi pobre criatura no me parecía lo más conveniente, y me acorde de la mágica cebolla. Reconozco que al principio me resistí, justo ahora que ya no se puede dormir con las ventanas abiertas,...., con lo mal que huele. Pero tras diez minutos de toses continuas, los tres metidos en la cama (cuando tiene fiebre se traslada a nuestra cama), yo también con catarro (por supuesto me lo ha contagiado), a punto de empezar nuestra tercera malísima noche, no lo dudé, y mi marido se fue a partir la bendita cebolla.
No sé si fue casualidad o no, pero a los cinco minutos mi pequeño dejó de toser, tiempo suficiente para impregnar el cuarto con el olor típico de un metro en hora punta, pero dejó de toser. Y no ha tosido en toda la noche, ni él ni yo. A mi se me ha pasado un picorcillo sospechoso y molesto gargantil. ¿Responsable la cebolla?, pues parece que sí, porque no hay ningún factor más añadido. Eso sí, el dormitorio está abierto de par en par desde las nueve de la mañana a ver si conseguimos recuperar su dulce olor, voy a ver si echo un poco de ambientador o algo.
Pero la misión la ha cumplido y estoy más que contenta. Remedio de viejas como diría mi madre, pero qué sabias son las viejas.
Feliz domingo.