Revista Opinión

Bendito "chantaje"

Publicado el 30 abril 2015 por Franky
El ex presidente de Andalucía Manuel Chaves acusa a Podemos y a Ciudadanos de chantajear al PSOE de Andalucía al exigir que él y José Antonio Griñán, también ex presidente andaluz, dejen sus respectivos escaños como condición previa para pactar. Sin embargo, muchos ciudadanos opinan que bendito sea ese "chantaje" porque está consiguiendo lo que los demócratas españoles y el mismo sistema político español, plagado de deficiencias y carencias, no han sabido lograr antes: que los responsables políticos de la corrupción andaluza y del robo de miles de millones de euros por altos cargos y "socios" de la Junta de Andalucía dimitan y paguen sus culpas. --- Bendito La política española tiene muchos déficits, pero quizás el mas sangrante de todos sea la práctica impunidad de los altos cargos políticos, a los que la ley nunca obliga a dimitir ni a pagar sus responsabilidades. En cualquier país auténticamente democrático y limpio, Chaves y Griñán habrían tenido que dimitir y abandonar sus escaños, pero no en España, donde ambos siguen disfrutando de los privilegios del poder como diputado y senador, incluyendo un aforamiento vergonzante que impide que los tribunales ordinarios puedan juzgarles.

Gracias a la presión popular, que ya no quiere mas sinvergüenzas y corruptos en el poder, los partidos Podemos y Ciudadanos han exigido a los socialistas andaluces, como condición previa para apoyar la investidura de Susana Díaz, lo que es ya un clamor popular: que Chaves y Griñán, ambos imputados por sus responsabilidades en los EREs mafiosos de la Junta, abandonen sus sillones en el Congreso y el Senado.

En verdad, el "chantaje" al que se refiere Chaves lo está imponiendo la indignación ciudadana, de la que Podemos y Ciudadanos sólo se han hecho eco.

Los políticos, en España, suelen esperar a ser condenados por los tribunales para dimitir, pero no ocurre eso en otras democracias decentes, donde las responsabilidades políticas se asumen y se pagan con independencia de las judiciales. En Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y otros países el fracaso de un político o hechos como haber eludido una multa de tráfico o haber copiado en unos exámenes son suficientes para que se produzcan dimisiones fulminantes.

Aunque el país siga podrido, minado por la injusticia, el abuso y la corrupción y con una falsa democracia vigente, que convierte a España en un país indigno de figurar entre los pueblos libres y decentes del mundo, algunas cosas están cambiando, pero solo gracias a la presión de los ciudadanos, dispuestos a castigar en las urnas a los partidos que amparen a los corruptos en sus filas y que sigan practicando los vicios antidemocráticos de subvencionarse con dinero público, domesticar la Justicia nombrando jueces y magistrados, no rindiendo cuentas jamás ante la ciudadanía y gobernando con arrogancia y sin límites de poder, sin tener en cuenta jamás los criterios y anhelos del ciudadano.

Movidos sólo por la indignación y el rechazo de los ciudadanos, que señalan a los político en las encuestas como el gran problema del país, junto con el desempleo masivo, algunos políticos están abandonando sus hasta ahora cómodas e impunes carreras políticas, los partidos aprueban, aunque sea hipocritamente, algunas medidas anticorrupción y publican sus cuentas, dando algunos tímidos pasos hacia la transparencia y la decencia. El mejor ejemplo de que la presión popular es poderosa y temible fue la salida de Zapatero del poder, obligado al unísono por la opinión pública y por su propio partido, consciente de que la presencia de Zapatero en el poder le hacía perder millones de votos ciudadanos.

Esa indignación cívica ante los abusos y arbitrariedades de los políticos es también la que ha hecho posible que partidos como Ciudadanos y Podemos se conviertan en fuerzas ascendentes y con un apoyo popular igual o superior al que tienen los viejos partidos PP y PSOE, carcomidos por la corrupción, los abusos de poder y el desprecio a los ciudadanos y a la democracia auténtica.


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