Te escribo estas líneas porque aunque a veces me cueste reconocerlo me mostraste el camino y empiezo a ser consciente de que te debo mucho. Recuerdo que hace ya algún tiempo, cuando tan sólo era un crío, dejé algunos sueños morirse en el olvido por miedo a fracasar, por miedo a que te cruzaras en mi camino. Aún maldigo a ese muchacho inocente y timorato que temblaba sólo con oir tu nombre.
A tí no pretendo culparte, pero siendo honesto tengo una duda que me corroe por dentro: ¿Por qué no se lo dijiste?. ¿Tanto te costaba decirle que tu dolor era pasajero?. Por mucho que le doy vueltas no consigo entenderlo. Si tan sólo le hubieses mostrado la mitad de lo que eres capaz estoy seguro de que ese crío se hubiese atrevido a intentarlo sin miedo a fallar.
Supongo que un tal Michael Jordan sabía un poco de tí y de tus virtudes:
He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito.
Con el paso de los años he ido aprendiendo a valorarte como te mereces. Sé que dueles, que agotas mi paciencia y que en ocasiones llegas a desesperarme.Incluso diría que conmigo te has tenido que emplear más de la cuenta o más de lo que me hubiese gustado, pero da igual, eso es pasado y ahora sé que si la oportunidad se cruza en mi camino no la voy a desaprovechar. Estoy preparado, y si a alguien se lo debo es a ti: bendito fracaso.
Un agradecido de tus lecciones
Santander, España