Asoma en el mundo, una esperanza conciliadora. Dios le dio la oportunidad de estar en un lugar privilegiado, entre los líderes mundiales, para encauzarlos hacia una nueva etapa espiritual y superadora. FRANCISCO, el sucesor del trono de Pedro llega como un destello de luz que habrá de iluminar al planeta y en particular a la Argentina, que a partir de ahora bajo un efecto mágico y esperanzador, se levanta de sus cenizas cual Ave Fénix victoriosa luego de un tiempo largo y sombrío, entre las grandes naciones del mundo que ya celebran la llegada de su Santidad, un nuevo Papa que inspira paz y armonía, desde su vibrante imagen franciscana. “El Papa de los Humildes” no tendrá otra tarea más que reconfortar esas almas vapuleadas por la deshonra de padecer la pobreza, y que con verdadera preponderancia serán el eje principal en sus mensajes de cada homilía, tras haber hecho pública la promesa de que “nunca se olvidara de Ellos”.
Este no va a ser otro Papa más. La instancia por la cual la Iglesia lo eligió, se debe a la difícil situación por la que ella atraviesa en parte por los escándalos de corrupción en el Banco Vaticano, que ha provocado el alejamiento de muchos fieles por la decepción de saber que por la podredumbre que reina en el mundo, la Iglesia también fue contagiada. Era necesario entonces cambiar esa imagen ya mismo de alguna manera u otra, pues la labor que había desarrollado Benedicto XVI, no fue lo suficientemente efectiva para dar el giro deseado. La pregunta era ¿Cómo cambiaban al principal referente de la Iglesia Católica sin que esta vez se tratara de un “fallecimiento forzado” tal cual sucedió con Juan Pablo I? La idea de la renuncia de Ratzinger por motivos de salud y cansancio, pareció dentro de las variables, la más sensata y creíble. Por supuesto que esta noticia causó revuelo y sorpresa ya que nadie esperaba que el Sumo Pontífice, abandonara la tarea evangelizadora, justo en el peor momento donde más se necesitaba la acción de medidas correctivas y ejemplificadoras donde sus fieles comenzaran a recuperar la fe y esperanza, de que un verdadero cambio en las complejas estructuras del Vaticano estaban ejecutándose.
Su imagen "rigida" no ayudo en captar la simpatia de aquellos laicos, que aun no se habian convertirdo a la fe cristiana de la Iglesia Católica, la que ya estaba transitando por carriles oscuros ante los escandalos de pedofilia y corrupción. Benedicto XVI carecía del carisma que su antecesor Juan Pablo II mostro durante sus más de 20 años de papado. A pesar de sus grandes esfuerzos por lograr ganase la simpatía de los feligreses que habían quedado “huérfanos” tras la desaparición física de Józef Wojtyła, el efecto inverso se instaló entre seguidores y la Iglesia, profundizándose por el vacío que generaba su figura rígida, junto a su mirada con mezcla de “Ángel y Demonio”, notablemente visible. Al respecto la actriz Susan Sarandon, la célebre intérprete de Thelma & Louise (1991) en noviembre de 2011 se refirió al pontífice como "nazi" cuando en una entrevista estaba comentando que le envió al Papa una copia del libro Pena de muerte que dio pie a la película homónima que ella protagonizó en 1995 junto con Sean Penn y que le valió el Oscar. El entrevistador le preguntó entonces a qué Papa le había mandado el libro, a lo que Sarandon contestó que al "último" (Juan Pablo II), y "no a este nazi que tenemos ahora. Sucede que el papa Ratzinger formó parte de las juventudes hitlerianas en su adolescencia, al igual que el resto de los niños de su época en Alemania, ya que era algo obligatorio, aunque nunca tuvo una participación activa en el grupo, según afirman algunos medios periodísticos internacionales. Paradójicamente el lobi judío de EEUU, la Liga Anti-Difamación - Anti-Defamation League (ADL)- solicito que Sarandon pida disculpas a la comunidad católica y "a todos aquellos que hayan podido sentirse ofendidos" por sus afirmaciones. Pero ya la polémica estaba instalada y seguramente había despertado cierta desazón entre los feligreses de la comunidad católica en el mundo.
La actriz lo habia tildado de "nazi" en una entrevista que mantuvo en Noviembre de 2011. "La señora Sarandon puede tener sus diferencias con la Iglesia católica, pero eso no es excusa para lanzar analogías nazis. Esas palabras son odiosas, vengativas y solo sirven para disminuir la verdadera historia y sentido del Holocausto", dijo el director nacional de ADL, Abraham H. Foxman.
Pero todo eso ahora quedo opacado por la entusiasta llegada que “Francesco” ha despertado al mundo todo, salvo en lo que respecta a nuestras “autoridades nacionales” encabezada por Cristina Wilhelm, quien el destino (¿Dios, mejor?) la pone a prueba y esta vez en la vidriera del mundo, que no es ajeno y conoce la tensa relación que el matrimonio feudal sostuvo prácticamente a lo largo de estos diez años con el entonces Cardenal Bergoglio. Es de público conocimiento que la noticia que llego desde Roma, no solo la sorprendió y la irrito, sino que desde la distancia “insuflo” un aliento de esperanza y emoción en una gran parte de la población argentina, que detesta a este régimen totalitario. Evidentemente Cristina viene con muy mala racha en muchos frentes de su gestión. Económicamente estamos cada vez peor gracias al sequito de cavernícolas y marxistas que integran su gabinete, que con medidas propias de los setenta, intentan mantener a flote el modelo que ya dejó de existir hace rato. En lo diplomático, el resultado del referéndum Malvinas fue un verdadero cachetazo en la boca. La pretendida y caprichosa necesidad de imponer su protagonismo en otro país como Venezuela, se frustro al intentar ocupar la silla vacía que dejo Hugo Chávez con su discurso que no pudo pronunciar, y que al mejor estilo K de pegar portazos, se subió al avión de vuelta a la Argentina sin asistir a las ultimas exequias de su “¿Amigo?°, haciendo el papelón internacional y faltándole el respeto al resto de sus pares mandatarios.
Y la gota que rebalso el vaso fue la noticia fulminante del nuevo Papa; para colmo un Papa argentino, para un mundo que necesita °bajarle un cambio° a la prepotencia y al egoísmo que están instalados en todas partes. Y la Argentina ahora se volvió ombligo del mundo en ese aspecto gracias a la hipocresía que este gobierno pudo instalar en nuestra sociedad. Habrá que ver que actitud tomara Wilhelm a partir de ahora donde el nuevo jefe de la Iglesia Católica que acaba de dar varias señales en el sentido que “hay que despojarse de riquezas innecesarias y dárselas a los pobres”, lo tome como ejemplo y comience a producir un giro a su gestión. Es que el ejemplo viene de arriba, y la Iglesia Católica tiene el deber hoy de mostrarse al mundo de que algo está cambiando a partir de la llegada de un Papa jesuita al poder. Pero el “ejemplo” que esta asociación ilícita nos dio hasta ahora, dista años luz del aquel, y no vemos en la responsable de conducir los destinos de nuestra nación, un gesto de humildad y de fraternidad que pueda convencer al pueblo de que comenzaremos a partir de ahora, a desandar el mal camino que hemos transitado. ¿Podrá una persona que destila rencor y soberbia en sus discursos, ponerse a la par del mensaje papal y reconocer que las formas de gobernar que utilizo hasta ahora solo provocaron la fractura y no la unión de los argentinos? ¿Qué le dirá Francesco a Cristina si llegan a tener una reunión privada en el Vaticano antes o después de la ceremonia de asunción? Si cuando Juan Pablo II llego a la Argentina en medio del conflicto con Gran Bretaña logro que se parara la guerra, en esta oportunidad con otro Papa -ahora Francesco-, podría “convencer” a Cristina que depusiera su actitud de soberbia con su pueblo y se permita ella misma ser “perdonada”, para que de ahora en más comience una nueva etapa en su gestión que este a tono con la de la Iglesia. ¿¿Podrá..??
"El Poder del Vaticano y de la Iglesia Catolica pudieron influir en el pensamiento castrense, de que era imperativo ponerle fin inmediato a un guerra absurda, la que termino con el delirio de Galtieri, de eternizarse en el poder".
¿Milagros?, si por supuesto que existen y la prueba ya la tenemos a partir de este acontecimiento inesperado que dejo perplejo de emoción a miles de argentinos que no se esperaban una noticia semejante, que hiciera transformar el humor de la gente repentinamente. Pero a pesar que todavía nada cambio en lo coyuntural respecto de la gestión de este gobierno, comenzó a respirarse un clima de “alegría” a partir del 13 de marzo de 2013, que pone en jaque al gobierno de Wilhelm y lo desafía abiertamente de cara a los argentinos y al mundo, a que desde ahora las cosas tienen que cambiar indefectiblemente. Porque de lo contrario ¿Cómo explicar un gobierno que se dice ser progresista, que se preocupa por los pobres y deja que la inflación corroa los salarios, destruya el empleo que tantas veces se jactaron de crear y lo peor, que la misma corrupción que mata, se ensañe con los más humildes que no tienen otra alternativa que viajar en esos “trenes de la muerte”..? La suerte está echada y esta vez Dios escucho a su pueblo afligido y oprimido clamar por justicia pero sin venganza. Eso se lo dejamos a Él, que es el único que tiene el poder de intervenir en nuestras vidas. Nosotros ahora tenemos una férrea esperanza de que el cambio ya se dio y la figura de Francesco nos motiva a seguir peleando por una Argentina libre y honesta, para nosotros, para nuestros abuelos, hijos y nietos. La Patria Argentina de pie, saluda al Papa humilde y reza por él pidiéndole a Dios que lo ilumine en esta nueva etapa para la humanidad. Por ello damos gracias y decimos, Bendito Seas, Francesco!