El Papa alemán mencionó en su sermón “la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña”.
“Si la mirada se fija sólo en las cosas negativas, entonces ya no se revela el misterio grande y profundo de la Iglesia”, prosiguió.El sumo pontífice hizo el elogio del seguimiento de Cristo, que ofrece “un refugio, un lugar de luz, de esperanza y confianza, de paz y seguridad”.
