Primero, es beneficioso para la salud del feto y de la madre, y además ayuda a controlar el peso que se gana el embarazo y las tensiones de la madre en estos momentos.
Es una buena forma no sólo de liberar tensiones sino de tonificar los músculos que se trabajan mientras se camina a un poco menos ligero de lo habitual pero sin excesos. También esto ayudará a controlar el aumento de peso en el embarazo.
Es bueno para controlar el dolor de área pélvica, molestias de ciática, facilita el trabajo del parto y fortalece los músculos de las piernas que ayudará a empujar con más fuerza en el momento del parto, así como evitar los molestos calambres que se pueden dar en esos momentos.
Además de todo esto, ayuda a la recuperación postparto, ya que la mujer cuenta con mejor forma física y estado, además de mejor humor y vitalidad, y es que estar al aire libre distrae y hace que la mujer se sienta mejor.
Es indudable el papel y la importancia de caminar durante el embarazo para una mejor salud física y psicológica de la mujer embarazada, y consecuentemente de su bebé. Pero no se debe abusar de ello, se debe caminar a paso moderado pero algo más ligero de lo habitual, sin excesos, sin forzar y sin agotarse.
El caminar tiene que ser una actividad beneficiosa y placentera para la mujer, no una obligación diaria. Puede ayudar bastante que la mujer camine en compañía, ya sea de su pareja o de amigos o amigas, porque así se favorece el diálogo y el caminar se hace más leve.