Con frecuencia, resulta casi imposible no sentir cierta curiosidad por las personas de nuestro entorno. Preguntarse acerca de su manera de pensar y sentir e incluso empatizar con ellos forma parte del proceso de crear vínculos afectivos. Pero, ¿De dónde proviene ésta necesidad de contacto social? Antes de la aparición del Homo Sapiens, los primeros homínidos necesitaron relacionarse con otros en su búsqueda de supervivencia y aquellos que aprendieron a procesar información social lograron transmitir sus genes a las generaciones futuras. De hecho, la magnitud de la red social es uno de los principales factores que determinan que el tamaño del cerebro sea grande -sobretodo, en casos de primates-, como si fuera una red neuronal externa. Socializar no sólo jugó un papel muy importante en la evolución de nuestra especie sino que además es sumamente bueno para ti por las siguientes razones:
Aumenta la esperanza de vida
Según un estudio publicado en la revista PLos Medicine, tener un nivel alto de interacción social disminuye el riesgo de muerte prematura. Esta investigación, realizada por la Universidad de Brigham Young en Utah -Estados Unidos- que se basó en los datos recabados por 150 estudios anteriores sobre el riesgo de mortalidad y redes sociales, dándole seguimiento a 300,000 personas por un periodo de 7 años, concluyó que “la falta de relaciones sociales equivale a fumar más de 15 cigarros al día”. Una de las principales hipótesis sobre este hallazgo es que las personas que tienen una causa social por la cual luchar se esfuerzan por mantenerse sanas por mucho tiempo para poder seguir ayudando.
Neurogénesis y Sinaptogénesis
Un estudio realizado con adultos mayores en Montreal, Canadá, concluyó que los individuos que llevaban una vida social activa tenían menos probabilidades de desarrollar demencia que aquellos que habían perdido el interés en socializar. Esto se debe a que el contacto social estimula el nacimiento de neuronas y, gracias a ello, nuevas conexiones sinápticas en el cerebro mejorando la memoria y la velocidad de procesamiento.
Enriquece tu acervo cultural
Las personas de tu entorno (especialmente, las más interesantes) pueden proporcionarte conocimiento valioso que tal vez no conseguirías de otro modo. Aprenderás mucho de las experiencias que decidan compartir contigo tales como invitarte a museos, conciertos, seminarios de especialidades que te agraden, viajes al extranjero; etc. ¡Aprovecha al máximo esas oportunidades de crear bellos momentos!
Mayor fuente de ingresos
No me refiero a que abuses de tus amigos sino a la creación de un ambiente favorable donde todos ganan, es decir, si tienes un negocio, tus amigos y familiares pueden ser tus clientes así como ayudarte a conseguir más clientela de boca en boca; si eres un profesionista, tus clientes o pacientes pueden recomendarte con quienes puedan necesitar tus servicios; etc.
Mayor Bienestar
Tus amigos elevan tu confianza y seguridad, lo cual cuadruplicaría tus probabilidades de recuperarte de una depresión mayor, según un estudio de la Universidad de Toronto. Además, cuando disfrutas de un buen chiste, tu cerebro produce dopamina, epinefrina y norepinefrina, neurotransmisores que mejoran tu estado anímico reduciendo el estrés y la ansiedad. Otro de los beneficios de reír consiste en una mayor activación del sistema inmune, la cual reduce el riesgo de contraer el resfriado común.
Si quieres mejorar la calidad de tu vida social, puedes intentar algunas de las siguientes recomendaciones:
- Saluda amistosamente a todos; eventualmente, alguno se interesará en conocerte mejor.
- Llama por teléfono a tus amigos o familiares dos veces a la semana.
- Integrate a un club de una especialidad que te agrade; incluso, puedes inscribirte a un gimnasio o tomar clases de baile o aprender a jugar golf.
- Participa en los eventos de tu comunidad.
- Comparte tu experiencia; habla de tus intereses y sin duda te encontrarás a alguien que desee aprender de ti.
¡Comparte mi artículo con tus amigos y recuérdales cuanto te importan!