Seguramente cuando escuchas hablar de la menta, lo primero que se te viene a la cabeza son los caramelos o chicles de menta. No es casual que ante los dolores y picazón de garganta optemos por un caramelo de este tipo. Lo mismo para mejorar nuestro aliento. Los beneficios de la menta desde luego dejan mucho que entrever al ser utilizado como aromatizante para este tipo de dulces.
La menta es una planta aromática. Generalmente suele utilizarse para aromatizar comidas y todo tipo de cosméticos como pueden ser las esencias para el cuerpo e incluso perfumes. También, tal y como sucedía en la Antigua Grecia, se utiliza como aromatizante de ambiente. La menta produce un olor muy fresco, radiante y dulce, que contiene un gran poder estimulante.
Dentro de los beneficios de cultivar menta, podemos decir que medicinalmente tiene propiedades antisépticas y espectorantes, es por eso que habitualmente la consumimos cuando padecemos de congestión, dolor o malestar en la garganta (en esos casos, se nos recomienda hacer uso de ella en vahos). Su gran contenido de mentol aporta una función analgésica, lo que ayudará también a combatir, de una manera muy relajante, los grandes dolores de cabeza llamados migraña. Lo mismo sucede con la eliminación de la tensión y el estrés.
Por si fuera poco, otro de los grandes beneficios de la menta, es ayudar a la digestión, previniendo así los gases, cólicos, náuseas y todo tipo de malestar estomacal.
Al tratarse de una planta pequeña, es posible cultivarla en un huerto urbano en casa, donde además de todos estos beneficios al consumirla, nos aportará un rico aroma en toda la casa. Si tienes un espacio exterior también puedes cultivar la menta allí. Aunque es una planta que se recomienda tener a la sombra, se puede adaptar a un poco de sol a su alrededor.
En el mundo, existen muchas variedades de menta, algunas de las cuales podemos encontrar son: Menta Disciplinada, Menta Cítrica, Menta de Manzana, Menta Piperita, Menta Verde, Menta Verde Crespa, Menta Limón, Menta Bowles, Menta hibrida, entre otras. La diferencia básica entre ellas es el uso y el tipo de consumo que se le da. No todas son aptas para el mismo uso y se diferencia en su sabor y textura. Para las heridas, dolores, picaduras de insectos se recomienda utilizar de forma tópica diluyendo una parte en aceite y aplicando directamente en la zona afectada.
Adaptando la Agricultura Saludable y Autosuficiente a la realidad de las personas.
Leandro Becerra.