
Para el almuerzo trata de elaborar un plato saludable que incluya vegetales en su mayoría, un trozo pequeño de carne o pollo y un cuarto de plato de harinas, ya sea arroz con frijoles o la combinación que se desee.
Para la cena, es importante servirse en un plato pequeño, pues se requiere menos energía a esas horas, sin embargo, es vital no saltarse este tiempo de alimentación porque además de requerirlo, al otro día tendrá mucha hambre y consumirá más de lo debido.
No olvides incluir entre las comidas principales meriendas ya que sirven para no llegar con tanta hambre a la comida fuerte donde se corre el riesgo de un consumo excesivo. Por ejemplo en vez de de comer muchas frutas en el desayuno, es mejor distribuirlas a lo largo de la mañana son fáciles de transportar, nos hidratan y nos dan energía para nuestras actividades de todo el día.
Para las meriendas por las tardes más conocidas como el cafecito o el lonche es suficiente un té o un café con muy poco azúcar, acompañado de galletas integrales que no sean rellenas ni azucaradas, yogurt o fruta.
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Vía: http://quemacalorias.blogspot.com **Recuerda siempre que conviene consultar a un especialista (médico o nutricionista) cada ves que empezamos alguna dieta.