Revista Cocina
Después de un día lleno
de que haceres, y tantos compromisos con la vida cotidiana, llega el momento de
comer y solo se piensa en reconfortar al
estomago con algo caliente, teniendo como base una alimentación mediterránea, un caldo caliente es la
mejor manera de reconfortar el cuerpo y el alma.
Nuestros antepasados
siempre nos mandaban a tomar un caldito caliente para vivificar la tripa y
calmar sus molestias, pero hoy en día también se recomienda el caldo caliente,
además porque es un buen digestivo mientras no contenga mucha grasa.
Algunos de los
problemas que existen hoy en día son la distensión abdominal, la pesadez o
algunas molestias estomacales que pueden influyen directa y negativamente en
nuestra calidad de vida. Por eso el caldo es el alimento que por sus
propiedades es capaz de asentar al estomago, facilitar la digestión y mejorar
el confort digestivo.
El caldo es un alimento
que por su composición en verduras es rico en vitaminas y minerales que
favorecen la función tónica y aperitiva, lo que lo hace el mejor aliado para
cuando hace mucho frio y no se tiene ganas de comer, porque abre el apetito y
despierta al estomago adormecido. Por otro lado tiene capacidad saciante por lo
que es recomendado para personas que quieran bajar peso con una dieta sana y mediterránea.
Deberemos seguir estos consejo: Se
debe tomar un caldo constituido por carne magra, hueso de codillo de ternera,
cebolla, zanahoria, puerro y ajo. Para no perder ninguna vitamina ni mineral no
deberemos dejarle una larga cocción. Deberemos desgrasar el caldo una vez esté
terminado, hay que recordar que para espesar cualquier caldo o crema deberemos
añadir papas. Y por otro lado no se deberá incluir ni acelgas, ni espinacas, ni
nabo, ni remolacha, ni rábano que son ricos en nitratos y nitritos, estas
sustancias son "negativas" para nuestro organismo.