Cuando pensamos en yoga no es precisamente la imagen de un grupo de niños practicando posturas a priori imposibles la que se nos viene a la cabeza. Esta disciplina asiática nos remite más bien a un grupo de adultos que dejan atrás el estrés de su vida diaria poniendo a trabajar su cuerpo y su mente.
Pero lo cierto es que el yoga puede ser también una buena actividad para los más pequeños de la casa.
El yoga tiene su origen en la India y está asociado a la meditación y a la comunión de cuerpo y alma, esto para aquellos que contemplan esta tradición desde un punto de vista religioso, para los no creyentes el yoga sería la disciplina con la que obtener un bienestar tanto físico como mental. Si hablamos de niños lo relacionado con la religión o las creencias se dejan de lado y lo importante es como se trabaja para obtener ese beneficio.
El yoga para niños
En líneas generales el yoga se basa en la realización de una serie de posturas con las que se controla el cuerpo y que consiguen además relajar a quien lo practica gracias al trabajo respiratorio. No todas las posturas son adecuadas para los niños pero existen muchas de ellas que se pueden realizar sin problemas y que van a ser muy útiles para ayudar a los niños en diversas vertientes.
Por un lado ayudan a que aprendan a controlar su propio cuerpo, mediante el yoga son consciente de cada una de las partes de su organismo, esta conciencia hace que aprendan además a controlarlas y por tanto les ayuda a estar más tranquilos siendo así una de las prácticas más adecuadas para niños hiperactivos o nerviosos.
El control de la respiración es otro de los pilares del yoga y fundamental en lo que respecta a la relajación. También entra en juego la concentración, el niño debe estar centrado en la actividad que está realizando adquiriendo así unas pautas, un hábito de concentración, que le será muy útil en su vida diaria. En este sentido hay que resaltar la disciplina precisa para llevar a cabo los ejercicios de forma adecuada y que sin duda podrán poner en práctica en otros contextos.
El yoga infantil tiene muchos beneficios para el niño
No hay que olvidar la parte física, aunque a priori no parezca una actividad que requiera un gran desgaste lo cierto es que se trabaja mucho más de lo que parece. Fuerza, elasticidad, equilibrio y movilidad forman parte de una sesión de yoga, tanto es así que hay ejercicios que no son adecuados en función de la edad del menor.
Se puede empezar a practicar desde los seis años y dadas sus características no requiere de una gran preparación ni equipo, solo de una buena predisposición. Es adecuada para todo tipo de niños aunque como decíamos aquellos hiperactivos o más intranquilos van a obtener grandes beneficios al aprender a relajarse y controlar su cuerpo. También se recomienda a niños más inseguros o introvertidos, el hecho de ejercer ese control les hacer sentirse más seguros tanto de ellos mismos como de lo que les rodea.