Todos los periódicos de hoy se hacían eco de la nueva campaña de Benetton, Benetton busca al "desempleado del año", que ha causado una polémica a nivel social e internacional. En el contexto de crisis generalizada que nos rodea, la empresa textil, famosa por sus agresivas estrategias publicitarias, excesivamente realistas y provocadoras, ha tomado la problemática del paro juvenil como tema principal. La alusión al la situación de su público potencial, le ha servido, una vez más, para lograr una gran repercusión mediática, yendo más allá de su producto, bien para asumir un compromiso sincero al servicio de la sociedad, o bien para alcanzar una frívola meta lucrativa y morbosa. Opiniones las hay para todos los gustos.
Lots of newspapers talking today abour the new Benetton's campaign,Benetton "unemployee of the year", that has caused a social and international controversy. In this generalized crisis, the brand, own for its aggressive advertising strategies, realistic and provocative too, has taken the issue of youth unemployment as the main theme. They've gone beyond their product, or to take a sincere commitment to society, or to achieve a target profit frivolous and morbid. There are all kinds of opinions.
Esta nueva generación Benetton, guapa, joven y formada, se presenta como un idílico icono del futuro de la población, con identidades verídicas y concretas. Son representantes directos de un colectivo que, gracias al concurso organizado por la UNHATE Fundation, tiene la posibilidad de expresar su talento, optando a becas de hasta 5000 euros, si su proyecto emprendedor está a la altura de merecerlo.
Como telón de fondo, la colección fall/winter 2012-2013, imaginativa y eléctrica, siempre fiel al estilo de la casa italiana, no decepciona. Lo que resulta paradójico es que estos muchachos parados, puedan permitirse adquirir ropa a precios que no son precisamente de low cost.
Las intenciones que hay tras un proyecto de dimensiones, que solo compañías como Benetton Group S.A pueden permitirse llevar a cabo, son difíciles de determinar. Lo que está claro, es que los beneficios, en medio de una popularidad que no hace si no aumentar con el paso del tiempo, están asegurados. Por tanto, las envidias, estrategias de la competencia o condenas sociales, ya llegan tarde.
Y vosotros, ¿creéis que podemos sentirnos identificados con lo que se nos muestra, o es una estrategia más de marketing descarado?
El álter ego de aquella prolífica campaña de Loewe ha llegado.
N.
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