A las tres de la madrugada,
fumando y recordando a una mujer
con la que he intercambiado
–hace sólo unas horas–
una mirada no tan rápida en el ascensor,
suficiente para saber
lo que pensábamos los dos,
suficiente también para dejarlo pasar.
Ahora ella duerme a tres puertas
de aquí, mañana dejaré
de verla para siempre, pero sé
que cualquier noche de invierno
volverá. Sí, no sería la primera vez
que me sucede. Vuelven
y me dicen que me equivoqué.
Karmelo C. Iribarren, Seguro que esta historia te suena. Poesía completa (1985 – 2012)