Revista Libros
Beowulf es un poema épico anónimo, una epopeya cuyo origen se sitúa entre los siglos VIII y XII, dependiendo de las fuentes que lo han estudiado. Actualmente, el original se encuentra en la British Library de Londres, en un delicado estado de conservación. Fue escrito originalmente en inglés antiguo, en verso aliterativo (que consiste en la repetición de fonemas al principio de las palabras). La editorial Minotauro lo ha incluido en su lujosa colección “Biblioteca Tolkien”, con una cuidadísima y magnífica edición, que incluye comentarios y otros textos originales de Tolkien, además de varias ilustraciones de su autoría.
J.R.R. Tolkien dedicó su vida a la literatura, y además de crear un mundo nuevo en sus libros, creando toda una mitología inglesa, recuperó escritos antiguos mediante la traducción al inglés moderno. Es el caso del relato medieval “Sir Gawain y el caballero verde”, considerado uno de los mejores textos artúricos ingleses: no solo lo tradujo sino que también se encargó de su edición, y podemos decir que gracias a él tenemos hoy día acceso a esta maravillosa obra, cuya edición prologada por Luis Alberto de Cuenca y con traducción de Francisco Torres Oliver podemos consultar aquí.
Una mirada a la literatura del pasado
Resulta muy enriquecedor detenerse por un instante, echar un vistazo hacia atrás y recuperar las obras antiguas. No podemos pretender haberlo inventado todo en el siglo XXI y resulta cada vez más evidente que existe un palpable desapego por todo lo pretérito, como si no fuera precisamente eso lo que nos conforma y sobre lo que caminamos en el presente.
Además, sin una formación clásica es muy difícil formar adecuadamente nuestro criterio. Como sucede en música, pintura y muchas otras disciplinas, una sólida base educativa resulta esencial para comprender en toda su complejidad el arte contemporáneo.
Esta edición de Beowulf no sólo resulta enriquecedora para conocer a fondo más aspectos acerca de la ingente obra de J.R.R. Tolkien, sino que también nos brinda una ocasión perfecta para acercarnos a la literatura épica que se realizaba hace cientos de años.
No solo para filólogos
En este libro encontramos mucho más que la traducción del poema “Beowulf” realizada por Tolkien. Para empezar, tenemos una introducción minuciosa de su hijo Christopher. Como suele suceder en todas las obras de su padre que se encarga de editar, leer sus explicaciones aporta información, pero resulta un tanto tedioso: no sólo explica detalladamente todo el proceso de escritura original y sus propias recuperaciones o transcripciones posteriores, sino que también se encarga de explicar de qué color era el papel original donde su padre escribió cierto tipo de notas al margen con qué tipo de letra y cambio de color en la tinta a partir de cierno número de verso… regando e l texto de la expresión “mi padre” de forma incansable.
Los amantes del universo Tolkien alaban la tarea de Christopher por acercarnos textos que tras la muerte del genio en 1973, se habrían quedado sin publicar, pero es cierto que sus introducciones y comentarios son exageradamente prolijos en detalles.
En cuanto al texto “Beowulf”, se trata de un poema épico narrativo de tiempo muy lento, que narra las aventuras del héroe que da nombre al poema, con un total de 2763 versos. En la primera parte encontramos a un Beowulf más joven que deberá enfrentarse al gigante Grendel y a su madre, una bruja absolutamente temible a quien también conseguirá vencer. Más adelante, y convertido ya en rey de los gautas, deberá librar al pueblo de la amenaza de un fiero dragón.
Un regalo inesperado
En un primer momento, puede parecer que la presentación formal de este libro aprovecha la fama del creador de los hobbits para vender a sus fans un libro que no escribió él, y que “tan solo” tradujo. Pues bien, tras leer el libro con detenimiento nos damos cuenta de que cualquier amante de la literatura épica clásica, y devoto lector de Tolkien, encontrará aquí buenos ejemplos acerca de la influencia que los textos antiguos tuvieron en la creación de la Tierra Media, ya que Tolkien tomó elementos de aquí y allá y conformó con ellos todo un mundo nuevo que sigue inspirando y asombrando a lectores de todas las edades alrededor del mundo.
Pero no sólo eso. También encontramos dos textos (un cuento y un poema narrativo) escritos por Tolkien en relación a las aventuras de Beowulf: “Sellic Spell” (“Un cuento maravilloso”) y “El Lay de Beowulf”.
También en este regalo final interviene Christopher, añadiendo a los textos originales todo tipo de anotaciones añadidas, como por ejemplo las explicaciones sobre su origen, las diferentes versiones que dieron lugar al texto final y, en el caso de “Sellic Spell”, donde Tolkien se refiere a Beowulf como “Abejalobo”, también se incluye la traducción de este cuento al inglés antiguo, un esfuerzo que realizó Tolkien para dotar al texto de una expresión norteña que no se apreciaba de igual manera en inglés moderno.
Todo esto nos da una idea del ingente trabajo intelectual y filológico del maestro Tolkien, nos sumerge por unas horas en su mundo y nos sigue dando alas para soñar. Por todo ello, lo recomiendo no solo como lectura de entretenimiento o de verano, sino como libro de cabecera a tener muy en cuenta en la biblioteca Tolkien.