Revista Diario
Cómo cuesta ponerse a escribir cuando en tus planes estaba el cambio de ciudad, la búsqueda de piso, la adaptación a la capital, hacer el empadronamiento, ir a IKEA a comprar las cosas que faltaban en la habitación, etc., etc., etc. La verdad es que no ha sido fácil conseguir la estabilidad que desde hace una semana tengo, desde que me mudé a un piso compartido en pleno corazón de Berlín. Nunca creí que tendría la suerte de vivir en la zona de Berlin-Mitte, justo al lado del Friedrichstadt-Palast.Ahora sí que ya me estoy poniendo a funcionar y a encaminar mi futuro laboral por donde yo quiero. Cierto es que pese a mis esfuerzos por conseguir un buen trabajo relacionado con la Traducción y la interpretación, sigo sin facturar un céntimo de euro.Vivo de mis ahorros, pero ya siento que esto cambiará pronto. He aprendido a que hay que tener mucha paciencia y que si no sale esto ahora, lo importante es tener proyectos en la cabeza, sobre todo, proyectos de formación que nos hacen sentir útiles, con los que aprendemos cosas nuevas, que nos recuerdan que un día fuimos estudiantes universitarios y que tenemos un valioso título en nuestro poder y que nos van encaminando a ese trabajo tan ansiado.Y sí, estoy en Alemania y nadie nos regala nada. Para muchos trabajos, el nivel de alemán debe ser equiparable al de la lengua materna. El lema de estar en el momento justo en el sitio apropiado sigue estando vigente y espero que así suceda. Mientras tanto, no he tenido ningún reparo en buscar un trabajito de esos de media jornada como vendedora en una tienda de artículos de regalo. Y para ello, han mirado mi CV muy de cerca y este jueves me hacen una prueba. Como veis, el trabajo es oro, ya sea en España o Alemania. Yo puedo decir que estoy feliz de haber aterrizado en la capital alemana y de estar construyendo mi camino poco a poco. Después de todo, España siempre me espera con los brazos abiertos.