Revista Cultura y Ocio
Salí del hotel una hora antes de lo que debía para recorrer la zona y hacer fotografías. El tour llamado "Muro del Berlín" comenzaba a las nueve en los arcos de Alexanderplatz pero yo quería caminar un poco el barrio y así poder dedicarme a hacer tomas con tranquilidad, ya que cuando el guía comienza la explicación muchas veces le es molesto que el interlocutor esté sacando fotos sin escuchar con atención lo que él tiene para comunicarle. De ese modo llegué cerca de las ocho a los arcos y me perdí un poco por la zona de la estación viendo de que manera los transeúntes caminaban rápido en dirección al metro y como algunas señoras ya volvían del supermercado con sus changuitos rebosantes de mercadería.
La zona aparecía tranquila (quizás fuera la hora o quizás el frío, me dije) pero con el correr de los minutos observé como comenzó a poblarse y cambió su fisonomía transformándose de una plaza en apariencias rusa, a un espacio cosmopolita donde turcos, gitanos, africanos, islámicos varios y alemanes provenientes de un lado y otro del muro la poblaban volviéndola tal cual como aparece en los documentales, videoclips y cualquier otra muestra audiovisual que la tiene como protagonista.
Al llegar al reloj me pregunté ¿Cuánto quedaría de aquella Alexanderplatz mostrada por Fassbinder en la serie más importante que se haya hecho sobre la ciudad en tiempos del nazismo? ¿Habría cambiado mucho su fisonomía desde los tiempos del soviet? Para encontrar esas respuestas tuve que recorrerla, fisgonear por sus rincones, observar sus edificios, comparar con algunas películas vistas y sobre todo, observar el modo de vida de su gente, puesto que lo humano es siempre lo que mejor habla de las cuestiones sociales, históricas y hasta incluso ideológicas (y está más que claro que Berlín es la ciudad donde se dan los tres elementos de un modo indiscutible).
Durante los años de la Guerra Fría, Alexanderplatz fue el centro urbano de la Berlín oriental. En 1969 los ruso decidieron hacerla un paseo peatonal y el 4 de noviembre de 1989, cinco días antes de la caída del muro los alemanes se dieron cita allí para pedir el levantamiento de la prohibición de pasar al lado occidental. En la actualidad, la plaza es el sitio más propicio para descubrir el modo de vida de los berlineses, además de contar con ciento de negocios y galerías en las que se puede dedicar un momento para las compras en el caso de que así lo deseen.
En el centro de la plaza se encuentra el reloj mundial, que señala la hora de diferentes ciudades del mundo y que, con la Torre de la televisión detrás, es una verdadera postal que queda de los años del comunismo.
La Torre de la televisión fue construida en 1969 a poco tiempo de levantado el muro. La torre significó un emblema del poderío que el comunismo reconcía tener por sobre la Alemania occidental. Además de ser el edificio desde donde se hacía la televisión en la Berlín oriental, hoy es uno de los lugares desde el cual se pueden tener una de las mejores vistas aéreas de la ciudad (dado que el mirador está a 230 metros de altura) y disfrutar de la gastronomía típica que ofrece el restaurante ubicado allí..
En la punta de la torre se encuentra una esfera espejada que, según cuentan, cuando le da el reflejo del sol forma una cruz en el centro de la misma. En épocas del comunismo, los alemanes de la parte occidental le llamaban a ese fenómeno "La venganza del Papa" burlándose así de la supremacía que los orientales detentaban en contra de estos.
Muy cerca de allí se encuentra el Ministerio de educación alemán. Típico de las construcciones comunistas el edificio cuadrado, funcionalista y poco agraciado estéticamente tiene en su fachada principal una interesante secuencia de muralismo donde expone temáticas relacionadas con la infancia y la educación en tiempor del Soviet.
Si atraviesan la plaza y llegan al lado oeste de la misma se van a encontrar con tres interesantes propuestas que valen la pena que se detengan un tiempo y las descubran:
Edificio del Ayuntamiento rojo: este lugar fue utilizado como la base administrativa del lado oriental. El nombre no obedece a la simbología comunista sino que le fue dado por el color de los ladrillos con los que lo construyeron.
Fuente de Neptuno: este interesante grupo escultórico es uno de los más importantes que puede verse en la ciudad. De dimensiones realmente grandes, el grupo muestra a Neptuno (Dios protector de los mares) rodeado de la fauna marina que lo circundaba en los relatos mitológicos. Les recomiendo que observen la obra en detalle y por partes, ya que cada rincón de ella les aseguro que cuenta una historia independiente del concepto total ideado para la obra.
El otro edificio significativo de la zona es la Iglesia llamada Marienkirche (o Iglesia dedicada a la Virgen María) Su construcción data del año 1380 y está ubicada en el corazón mismo del Barrio de San Nicolás, uno de los más antiguos de Berlín y que guarda una estética totalmente diferente al resto de la ciudad.
Allí podrán encontrarse con algunos edificios que llaman la atención por lo vanguardista de sus formas
Si tienen tiempo les recomiendo que tomen el metro en Alexanderplatz y se dirijan a la Torre de Frankfurt ubicada en la Karl-Marx-Straße. Debajo de la torre, en tiempos del comunismo funcionaba la Aduana del lado oriental. Hoy la zona es una de las mas indicadas para ver la arquitectura soviética ya que a lo largo de su extensión está poblada de edificios típicos de aquellos años.
Si quieren este trayecto también pueden hacerlo a pie. La zona es muy agradable y no es tanta la distancia que la separan de la Alexanderplatz (unos 15 o 20 minutos a pie).
Más información:
Disfruta Berlín
Cómo llegar:
Alexanderplatz (al este de Berlín)Metro: Alexanderplatz, líneas U2, U5 y U8. Tren:Alexanderplatz, líneas S5, S7, S9 y S75.
Autobús: Alexanderplatz, líneas TXL, M48, 100, 200 y 248.
Tranvía: M4, M5 y M6.