Revista Expatriados

Berlín con guía (II)

Por Spanierin

¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Ya habíamos pasado por la Plaza de París, el Monumento al Holocausto y el lugar donde estaba el búnker de Hitler.

Una vez visto todo esto, nos dirigimos por varias callecitas (no me preguntéis cuáles, porque iba tan enfrascada en una conversación con otras dos personas que también hacían solas esta visita, que ni me fijé) hasta el Ministerio del Aire del Reich, es decir, las oficinas de la Luftwaffe (= fuerzas aéreas).

Berlín con guía (II)

Se trata de uno de los pocos ejemplos de la arquitectura nazi que aún siguen en pie. Según dicen, esto se debe a la gran cantidad de información y de planos que había almacenados en su interior, de los cuales muchos fueron incautados tras la liberación de la ciudad y otros muchos (más) quedaron en manos de los dirigentes nazis que lograron escapar antes de que los aliados entrasen en Berlín. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y como consecuencia de la partición de Alemania, el edificio quedó en el lado soviético y fue empleado como ministerio de todo. De hecho, durante la República Democrática Alemana (RDA, los orientales - comunistas) se le conocía como Haus der Ministerien (= casa de los ministerios). Iba a decir que actualmente no tiene una función tan siniestra como en su día, pero tampoco tiene funciones muy alegres: desde 1999, aquí se encuentra el ministerio de finanzas alemán.

Un poco más allá de este lugar se puede ver una parte del muro de Berlín ...

Berlín con guía (II)

No es que quede mucho en pie, pero al menos uno se puede hacer una idea de cómo era en su momento, si bien es cierto que no tiene nada que ver con el original. Éste se levantó en el año 1961 para tratar de evitar que los ciudadanos de la zona comunista de Berlín huyeran a la parte capitalista (la occidental), y en origen constaba simplemente de vigilancia, alambres de espinos y demás elementos disuasorios. En vista de que esto no servía, se levantó un muro de ladrillo, del que se demostró no ser lo suficientemente duro cuando la gente conseguía atravesarlo conduciendo camiones contra él. De ahí el que se optara por construir el famoso muro que todos conocemos, el de hormigón, que rodeaba toda una parte de Berlín (la parte bajo control de los aliados) para aislarla de la zona oriental dentro de la que se hallaba.

Una cosa que me encanta de Berlín son las postales con fotografías antiguas que se venden en cualquier parte. Creo que en algún momento empezaré a coleccionarlas realmente. En cualquier caso, os quiero enseñar una de esas fotos antiguas, que descubrí paseando durante este tour:

Berlín con guía (II)

Se trata de la fotografía de un cartel que se colocó delante de la Puerta de Brandemburgo que consistía, a su vez, en una foto de cómo quedó la zona tras la Segunda Guerra Mundial. Impresiona, ¿eh?

Antes de irme del muro quería añadir: justo al otro lado de la foto de más arriba se encuentra la ahora tan famosa exposición Topographie des Terrors (= topografía del terror), que ocupa precisamente ese punto porque, durante unas excavaciones, se descubrió que allí se hallaba el cuartel general de las SS, de la policía de estado y del ministerio de seguridad del Tercer Reich. No llegué a entrar, lo confieso. Pero ya está en la lista de visitas obligadas para el año que viene.

Uno de los lugares más turísticos de la ciudad de Berlín es un cruce de varias calles en el que se encuentra el conocido Checkpoint Charlie ...

Berlín con guía (II)

... uno de los varios puntos vigilados por los que se podía pasar de un lado a otro de la ciudad de Berlín. Del original no queda nada, todo lo que se ve a día de hoy es una reconstrucción, y del mismo modo que se esta esquina se adapta a las necesidades de los turistas, existe, ahí en medio, una persona disfrazada de militar que se hace fotos con los curiosos. Muy original. A pesar de ello, merece la pena verlo, aunque sea de pasada.

Berlín no es sólo una ciudad moderna reconstruida a partir de las cenizas de la guerra. Ya antes de la llegada al poder de los nazis, la ciudad tenía su historia y, evidentemente, sus construcciones. Uno de estos ejemplos son las iglesias gemelas de Berlín en el Gendarmenmarkt:

Berlín con guía (II)

Berlín con guía (II)

La imagen de la izquierda refleja el lado norte de la plaza, en el que se encuentra la iglesia francesa de los hugonotes, mientras que la imagen de la derecha muestra la iglesia luterana alemana. Se las conoce como Französischer Dom (= catedral francesa) y Deutscher Dom (= catedral alemana), pero lo cierto es que ninguna de las dos tiene la consideración de catedral. El aspecto de ambas iglesias responde a una idea de Federico II de Prusia, quien era partidario de la tolerancia entre religiones / creencias; de ahí el que ambas sean prácticamente iguales. Cuenta la leyenda que la iglesia alemana es un poquitín más alta que la otra... ¿Quién sabe?

El último punto de nuestro recorrido fue la Universidad de Humboldt, fundada en 1810 por Wilhelm von Humboldt, en cuyo honor tomó su nombre a partir de 1949.

Berlín con guía (II)

Algo harán bien ahí dentro cuando, en total, 29 Premios Nobel han salido de aquí.

También aquí, en esta misma plaza, tuvo lugar un (desgraciado) hecho histórico el 10 de mayo de 1933. Aquí, en la Bebelplatz, se produjo una famosa quema de libros por parte de estudiantes pertenecientes a los camisas pardas y a las juventudes hitlerianas, quienes acabaron con un total de 20.000 libros de autores judíos, comunistas, liberales y críticos con el sistema nazi en general. Actualmente existe un monumento excavado en el suelo en memoria de hecho (que no pude fotografiar porque había demasiada luz), así como una placa que recuerda lo sucedido:

Berlín con guía (II)

En la cual pone, a la izquierda:

Eso sólo fue el prólogo, allí donde se queman libros, se queman al final también hombres. Heinrich Heine, 1820.

Y a la derecha:

En medio de esta plaza quemaron el 10 de mayo de 1933 estudiantes nacionalsocialistas las obras de cientos de escritores, periodistas, filósofos y científicos libres.

Para resumir un poco todo esto, os diré que la visita que yo hice duró aproximadamente tres horas que, no obstante, pasaron volando. Fue un recorrido que a mí me pareció original, ya que muestra tanto partes más negras de la historia de Alemania en general y de Berlín en particular, como también aspectos muy positivos que muchas veces olvidamos. Volví de allí habiendo aprendido mucho más de lo que me cuenta mi guía de papel cuando la llevo en la mano y con ganas de volver y seguir buscando más rincones que aún no haya visitado.

Para aquellos que tengan interés, recomiendo, como ya hacía anteriormente, la empresa Sandeman's y también, por qué no, dos lugares de los que sacar más información sentados frente a vuestras pantallas: Disfruta Berlín y Muy Urbanita.


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