El mes pasado tuve la oportunidad de visitar Berlín y lo cierto es que la ciudad dejó en mi una sensación un tanto agridulce. Todo aquel con el que había hablado me dijo que la ciudad era un hervidero de cultura alternativa, de contrastes y de artistas de todo tipo. Al llegar, he de reconocerlo, me pareció una ciudad triste y gris. Sobre todo de día. Al caer la noche la cosa mejora, pero yo no lograba ver aquella alternatividad por ningún sitio.
Claro que todo cambia cuando abandonas los monumentos típicos y descubres lugares como Tacheles, visitas la West Side Galery o negocias con un curioso artista callejero la venta de un cuadro. Lo que está claro es que Berlín es una ciudad de contrastes y buscando encuentras casi todo.
Como ya hiciera con nuestras peripecias en Ámsterdam ahora compartiré aquí con vosotros los mejores momentos de nuestra Berlin Experience. No prometo ser constante pero sí entretenido. ¡Qué lo disfrutéis!
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