Una vez producida la
caída del muro, artistas de todo el mundo se reunieron para escenificar un
mural a favor de la libertad. La East Side Gallery, concentra un importante
número de visitas en un escenario un tanto alejado del centro de Berlín.
Fue allá por 1.990, a pocos meses de su caída en la noche
que transcurría del 9 al 10 de noviembre de 1.989, cuando en más de 1.300 metros de muro
se disponían a representar una idea totalmente antípoda a la que entonces había
encarnado. El Muro de Berlín o también llamado “Muro de la vergüenza”, que
dividió a la ciudad durante 26 años, empezó a colorearse con más de 100 obras
de artistas de todo el mundo.
La denuncia a la falta de libertad, al horror de la
guerra, a la intolerancia, a las barreras o muros en la comunicación de las
ideas, o como dice uno de los slogans pintados: "Mucha gente pequeña, que en muchos lugares pequeños, hace muchas
cosas pequeñas, pueden cambiar la cara del mundo.", ha movilizado a
ciudadanos no solo berlineses, artistas y “mucha gente pequeña” ante el intento
de una constructora de derribar el mismo para construir pisos de lujo.
Este es un blog de viajes. No caben, por improcedentes en
este espacio personal que se amplia a través de vosotros: los lectores, debates
sobre cuestiones políticas o de otro tipo que no sea la del ocio. Es en este
ámbito en el que se quiere reflejar el artículo de nuestra visita a Berlín,
allá por mayo del 2.012 aunque, desgraciadamente, la historia no la podemos
cambiar.
La “East Side Gallery”, discurre por una de las riberas
del río Spree y se puede considerar la mayor galería al aire libre del mundo.
Podemos acceder a ella en metro: Parada de S-Bahn Ostbahnhof (S3, S5, S75, S9)
o, parada de U-Bahn Warschauer Strasse (U1).
Es en su “parte interior” donde se ubican buena parte de
sus dibujos, efectuados con pinturas no demasiado duraderas o sin un
tratamiento previo del muro. Esa es la razón por la que algunas han quedado
deterioradas ante las inclemencias del tiempo. Sin embargo, lo importante es el
simbolismo de lo allí realizado y que, en mi opinión, debe conservarse y
visitarse. Nosotros lo dejamos una vez nos encontramos con el rojizo puente
Oberbaumbrücke, antiguo paso fronterizo que podía ser solo utilizado por
peatones pero, al hilo de los incidentes surgidos en el día de hoy provocados
por la empresa constructora, no me ha quedado más remedio que alentaros a
efectuar parada y fonda en la visita de Berlín y de la “East Side
Gallery”, eso sí siempre con salud, ciudadanos viajeros.
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