Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, advirtió hoy que "el presupuesto federal está en un camino insostenible", pero también reconoció que el incremento excepcional del déficit fue necesario para salir de la recesión. Bernanke se presentó a una audiencia ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara. En ella reiteró su opinión de que la recuperación económica será lenta y dolorosa para muchos estadounidenses. Los pronósticos de la Fed para el producto interno bruto señalan un aumento de 3,5 por ciento para este año, un ritmo que apenas permite mantener el ritmo de crecimiento en la fuerza laboral, pero sin aportar un salto significativo en materia de empleo.
Bernanke señaló algunas mejoras en el gasto del consumidor y en las inversiones empresariales, pero también advirtió que "la actividad inmobiliaria subyacente está muy rezagada, en gran parte, por el gran inventario de casas existentes y con dificultades de venta y también por las dificultades de muchos constructores en la obtención de crédito". Sobre la evolución de la crisis, Bernanke tuvo una evaluación positiva:
"Si los mercados tienden a estabilizarse, es probable que los efectos de la crisis sobre el crecimiento económico en Estados Unidos sea modesto. Aunque la reciente caída de los precios de las acciones y las más débiles perspectivas económicas en Europa dejará alguna huella en la economía de Estados Unidos, los factores de compensación incluyen disminuciones de las tasas de interés de los Bonos del Tesoro e hipotecas, así como menores precios del petróleo y algunos otros productos básicos comercializados alrededor del mundo".
Mas sobre las declaraciones de Bernanke se pueden consultar en The New York Times, pero es evidente que su mirada minimiza numerosos factores y en la actualidad no hay ninguna garantía de que el crecimiento de Estados Unidos llegue al 3,5%. El desempleo no ha dado un vuelco que indique una recuperación sostenida y la debilidad económica global se mantiene sin variaciones significativas.
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización