Revista Cultura y Ocio

Bernard Minier: Hermanas ('Soeurs')

Publicado el 28 octubre 2022 por Juancarlos53

«Pensó que dos universos coexistían sin mezclarse, como el aceite y el agua: el de la vida, la despreocupación, la juventud y la esperanza, y el de la enfermedad, el sufrimiento, la decadencia y la muerte. Todo el mundo acababa topándose con ambos tarde o temprano, pero los que se dedicaban a determinadas profesiones, como las enfermeras, los bomberos, los empleados de pompas fúnebres o los policías, pasaban cada día de uno a otro.»

Bernard Minier: Hermanas ('Soeurs')Como nos ocurre tantísimas veces a los lectores, he llegado hasta este autor y este libro de manera totalmente azarosa. A raíz del comentario de mi amigo José Antonio sobre la existencia de una novela policíaca del escritor francés Bernard Minier situada en mi ciudad natal, Salamanca, comencé a buscar la misma sin ningún resultado. Supe que la novela se titula "Lucía" y que su acción se sitúa en Salamanca, concretamente en su Universidad, donde un grupo de estudiantes de criminología descubre la existencia en el lejano pasado de un asesino en serie cuya metodología parece haber sido utilizada en unos últimos asesinatos ocurridos en la localidad. 
La novela Lucía ha sido publicada este mismo año en Francia, pero aún no ha sido traducida al español. Habré de conformarme, me dije; pero mis ganas de leer algo de autor tan valorado en su país me llevó a otros títulos suyos, éstos sí, ya vertidos al español. Además, fui consciente de que entre la publicación en Francia y la salida en España de sus libros pasan varios años. Así lo último de Minier, presente actualmente como novedad en los expositores de nuestras librerías, es "Hermanas", una novela que en Francia salió en 2018. Así que, pensé con pesadumbre, tendré que esperar a Lucía unos cuantos añitos. Este es el motivo, unido a una recomendación periodística que vi en un suplemento literario, por el que Hermanas entró en mi casa. Y no me arrepiento.
El autorBernard Minier nació en Beziers (Francia) en 1960. Su infancia la pasó en Montréjeau, al pie de los Pirineos, donde suceden varios de sus libros. Por proximidad geográfica y gustos personales está muy unido a España donde ha vivido algún tiempo y donde pasa temporadas de manera habitual. Tan unido a España está que, como ya he dicho, la novela aparecida en Francia este 2022, o sea, su auténtica última novela, sucede -por lo que sé y como acabo de decir fue el motivo de buscar literatura de este novelista- en España. Títulos suyos publicados ya en español son Bajo el hielo, El círculo, No apagues la luz, Una maldita historia, Noche y Hermanas. Los cinco pertenecen a la denominada serie Martin Servaz por ser este policía el protagonista de los mismos. Hay otros dos títulos más protagonizados por este agente que aguardan aún su versión española: Vallée (2020) y La chasse (2021).
Hermanas
Novela más entretenida que novedosa, si bien sí es interesante; se lee con gusto y resulta adictiva desde la primera página. La trama sucede en dos momentos temporales, separados entre sí 25 años. Los casos que en esos dos tiempos -1993 y 2018- investiga Martin Servaz lógicamente van a guardar entre ellos una más que profunda relación. 
Es una novela en la que se vuelve a plantear la relación realidad-ficción, algo, por cierto, no muy innovador. Y digo 'no muy innovador' porque es temática que ha sido utilizada en varias ocasiones por otros autores en éste u otros formatos artísticos. Ahora mismo, sirva sólo como ejemplo, viene a mi memoria la película "Instinto básico" cuyo asunto es semejante: la policía sigue la estela de un asesino a través de los libros de terror escritos por éste. Prácticamente, igual que aquí. 
Sinopsis (aparece en la contraportada del libro)Mayo de 1993. Atadas a troncos de árboles y vestidas de primera comunión, Amber y Alice Oesterman son halladas muertas a orillas del Garona.Así comienza la primera investigación de Martin Servaz, que centra su atención en Erik Lang, un autor de novelas negras de tintes crueles y perturbadores, entre las que se encuentra una titulada precisamente La primera comunión, y del que las dos hermanas eran fervientes seguidoras. El caso se cierra a raíz de un desenlace imprevisto, que deja a Servaz corroído por la duda.Febrero de 2018. El escritor Erik Lang descubre a su mujer asesinada, vestida también de primera comunión. Veinticinco años después, Martin Servaz se ve inmerso de nuevo en aquel doble crimen y sus temores de antaño vuelven a despertar, hasta rayar la obsesión.
Pese a pertenecer a una serie novelesca no es necesario haber leído los títulos anteriores para disfrutar de Hermanas. A lo largo del relato vamos conociendo extremos de la vida de Martin: «hijo del profesor de francés, viudo, que se suicida tras escuchar la coda de "La canción de la tierra " de Mahler», tiene una hija a la que sobre todo cuida él porque su madre, Alexandra, es azafata y debe ausentarse de casa en muchas ocasiones. Esto sucede en la época del primer crimen, en 1993. En 2018 encontramos a Martin Servaz encargado del cuidado de Gustav, un niño que no es suyo pero al que cuida y quiere muchísimo; es Charlène, la guapa esposa de Vincent Espérandieu, uno de sus compañeros policías, la que lo cuida junto a sus propios hijos cuando Martin no puede hacerse cargo de él. ¿Cómo es que Servaz se encargó de Gustav es algo que con sólo la lectura de Hermanas no me ha quedado muy claro, seguramente haya que buscar su explicación en alguna entrega anterior de la serie.
Mientras leía este thriller me preguntaba si verdaderamente era una novela negra o más bien lo que tenía entre mis manos era una novela policíaca. Pensaba que era más policíaca -sí, ya se sabe, el tipo de narración de crímenes cuya resolución corre a cargo de uno o varios policías, sin más- que novela negra -aquel relato que junto a la indagación y resolución del crimen o crímenes realizados profundiza en la sociedad donde se han producido resaltando sus problemas, carencias, defectos, y así-. Al finalizar sigo pensando eso mismo, aunque en mi consideración, según pasan los días, han ascendido algunos peldaños los aspectos sociales que se denuncian en ella. Sí, efectivamente, por ejemplo, los problemas personales de Servaz con su mujer en la parte de 1993, su relación con Gustav en la segunda parte del relato, así como las consideraciones que sobre el funcionamiento en general de la sociedad francesa realiza me llevan a verla muy en línea con los postulados del 'noir', aunque sea un 'negro' comedido, que critica, pero siempre dentro de lo políticamente admisible. En este sentido, por comparación y gran semejanza con nuestra problemática en España, los problemas de la sanidad han llamado mi atención:
«En este país, uno podía irse al otro barrio como si nada. "El mejor sistema sanitario del mundo, ya." Los recortes presupuestarios no dejaban de aumentar, incluso los que afectaban a la salud. Se fue a urgencias. Tres horas de espera en un pasillo lleno de camillas, de pacientes abatidos y de familiares a punto de estallar: un auténtico caos.»
Detecto que los problemas de los gabachos (admítaseme esta licencia, que no es crítica, referida a un país que admiro mucho) son también comunes a los nuestros -y casi casi diría universales- en lo referido al abandono del noble hábito de la lectura:
«De repente, se preguntó cuántas personas estarían leyendo en esa ciudad y en ese preciso instante al mismo tiempo que él. ¿Cientos? ¿Miles? ¿Y cuántas estarían viendo la televisión o centradas en la pantalla del teléfono? Infinitamente más, sin duda alguna. ¿Serían los lectores como los indios de América en el siglo XIX, una especie en vías de extinción, amenazada por una nueva raza? ¿Pertenecían a un mundo antiguo que estaba a punto de desaparecer?»
Y otro tanto podría decirse respecto a la evolución que en estos 25 años han vivido los cuerpos policiales. Si en 1993, Léo Kowalsky, jefe entonces de un recién salido de la academia de policía Martin, podía permitirse golpear a un detenido durante un interrogatorio, eso es algo completamente fuera de lugar para un policía de 2018, aunque eso no quiera decir que muchos de ellos lo echen en falta:
[a los policías] «hasta los chavales les parten la cara, los insultan, les escupen... Les piden que hagan estadísticas en lugar de perseguir a los delincuentes y que redacten montones de papeleo cada vez que van a mear... le dice a Servaz Lola Swarzc a propósito de la profesión de policía... Ni siquiera pueden desahogarse ya en los interrogatorios, tienen el record absoluto de incidencia de divorcios y de suicidios... No es que sea para saltar de alegria, ¿eh?»
Además de lo dicho hasta aquí, en esta novela de Bernard Minier hay bastante de literatura. Tanto de literatura referida a lecturas, realizadas en este caso por el capitán de policía Martín Servaz («En cuestión de narraciones policíacas, no obstante, se había quedado en los clásicos: Poe, Conan Doyle, Gaston Leroux, Chandler y Simenon, más o menos. Sus escritores favoritos se llamaban Tolstói, Thomas Mann, Dickens, Gombrowicz, Faulkner y Balzac.»), cuanto de literatura referida ésta al propio proceso metaliterario de creación. El personaje del exitoso novelista Erik Lang, sospechoso número uno de los crímenes sucedidos, le sirve para expresar reflexiones sobre ello:
  • «Los novelistas nos nutrimos de la realidad, por supuesto. Somos esponjas, vampiros. La absorbemos, la succionamos para extraer nuestras historias. En realidad, somos como agujeros negros. No se nos escapa nada, ni los asuntos de la actualidad, ni la conversación que tiene lugar en la mesa de al lado, ni la última teoría científica, ni los bandazos de la Historia...»
  • «—En su opinión, ¿me lo he inventado todo o esta historia es verídica, capitán? ¿Lo ve? En eso consiste el arte del narrador, en engendrar esa terrible proximidad que nos conduce a acompañar, a amar y a detestar a los personajes, a sufrir con ellos, a alegrarnos, a temblar con ellos... Sin embargo, no son más que palabras.»
Soeurs, Hermanas
Para caracterizar a los personajes, el novelista se sirve, entre otros medios, de alusiones a la música que el narrador en tercera persona realiza. Así al padre de Servaz, depresivo donde los haya, le encanta Mahler; sin embargo a las hermanas Oesterman les gusta la música pop, si bien el carácter de ambas queda perfilado cuando conocemos que Ambre gusta de Nirvana, Guns n'Roses o 4non blondes, mientras que a Alice, su hermana menor, persona mucho más reflexiva, le encanta U2. Estas últimas son, como se ve, referencias culturalistas de naturaleza popular.De naturaleza también popular son las referencias que en la novela Minier realiza al Cine. Sirva de ejemplo la siguiente: 
«Ese último día de mayo de 1993 tenían en cartelera El silencio, de Bergman, Sacrificio, de Andrei Tarkovski, y El piano, de Jane Campion; una miel exquisita para las abejas cinéfilas

Para finalizarEl gran apego que siente Bernard Minier por España, responsable inicial de mi acercamiento hasta él, también se percibe en Hermanas, siendo una nota más que incita a leer este libro con mucho agrado. Me ha resultado muy graciosa y significativa del gusto que tiene el autor por el fútbol y los equipos españoles la siguiente: 
«Intercambia unas palabras con Espérandieu, que, bromeando con él, le dice: "¿Vas a ver el partido del PSG contra el Real Madrid?", a lo que Servaz responde, muy serio: "No." "Bueno, pues ahora mismo te llevo un café", añade Vincent. Esta vez, él le contesta simplemente: "Gracias."»
Del mismo modo, aunque no referido sólo a España sino a todo el globo, me parece muy acertada la reflexión que el protagonista hace a propósito del empequeñecimiento y la insulsez que sufre el mundo como consecuencia de la extensión de las nuevas tecnologías:
«Servaz aún no se había habituado a aquellas tecnologías que permitían enlazar Toulouse con Montreal y entrar en la intimidad de todos los hogares, y que empequeñecían el mundo hasta el punto de privarlo de una buena parte de su magia»
En conclusión, Hermanas de Bernard Minier mantiene atento al lector, ávido por conocer todos los extremos de lo que pasó en el pasado y en el momento actual. Es una novela en la que hay tensión psicológica, engaños, terror, sumisión, manipulación. Una novela que se lee con mucho agrado.Bernard Minier: Hermanas ('Soeurs')

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