Revista Cultura y Ocio

Bernardino Ramazzini, el padre de la Medicina del Trabajo

Por Manu Perez @revistadehisto

El médico renacentista Bernardino Ramazzini es considerado el padre de la Medicina del Trabajo y de la Salud Ocupacional. Nació en Capua (Italia) el 4 de octubre de 1633, fecha que la Sociedad de Medicina del Trabajo de la provincia de Buenos Aires (Argentina) propuso como Día de la Medicina del Trabajo.

Si quieres leer el artículo mas tarde, descárgatelo en PDF y léelo cuando te plazcaDescárgalo Aquí

Educado por los jesuitas, ingresó a la Universidad de Parma, donde obtuvo el Doctorado en Filosofía y Medicina. En Roma continuó sus estudios con Antonio María Rossi, médico del Papa Clemente VIII. Ejerció como médico en Canino y Marta, ducado de Castro.

Bernardino Ramazzini, el padre de la Medicina del Trabajo

Tras contraer malaria regresó a su ciudad natal para tratarse. Allí se casó con Francesca Righi con quién tendría cuatro hijos, y se dedicó a la literatura y la promoción cultural. En 1682 fue contratado como docente de la cátedra de “Instituciones Médicas y Teoría de la Medicina” en la Universidad de Módena, y en 1700 como docente de “Práctica Médica” en la Universidad de Padua[i].

El principal aporte de Bernardino Ramazzini fue la obra De Morbis Artificum Diatriba (Disertación acerca de las enfermedades de los trabajadores o Tratado de las Enfermedades de los Artesanos en las traducciones españolas[ii]), escrita en latín y publicada en Módena en 1700. En el capítulo XIV menciona los motivos por los que decidió escribirla:

“Narraré pues un caso del que surgió para mí la ocasión de escribir este Tratado de Enfermedades de los obreros. En nuestra ciudad que dado su ámbito es bastante poblada y tiene por lo tanto sus casas apiñadas y muy altas, es costumbre limpiar cada tres años en cada casa las cloacas que recorren los barrios. Como tal tarea se efectuaba en mi domicilio y me había fijado que uno de los operarios en aquel antro de Caronte llevaba a cabo su cometido con gran ansiedad y angustia, apiadado yo de su labor tan  ímproba, le pregunté por qué obraba tan afanosamente y no se daba más calma, no fuese a cansarse demasiado de la excesiva actividad; el infeliz levantó entonces la vista y mirándome desde dicho antro me dijo: Nadie que no lo haya experimentado podrá imaginar cuánto costaría demorarse en este lugar más de cuatro horas, equivaldría a quedarse ciego”[iii].

Esto lo motivó a investigar diferentes patologías que afectaban a los trabajadores, visitó lugares de trabajo y habló con los operarios, venciendo los prejuicios de sus colegas médicos que consideraban vergonzoso reunirse con la “gente del pueblo”. A lo largo de los 41 capítulos de su obra, Bernardino Ramazzini se ocupó de diferentes profesiones: mineros, doradores, químicos, bataneros, nodrizas, tejedoras, sepultureros, panaderos, joyeros, militares y “hombres de letras”, entre otros. En la edición de Padua de 1713 incluyó 12 nuevas profesiones. Con un buen estilo literario, describía las profesiones (a veces recurriendo a autores clásicos para dar una perspectiva histórica) para pasar luego a ocuparse de las enfermedades, y propuestas de protección y tratamiento.

Denunció las condiciones insalubres de los mineros, las intoxicaciones con plomo y mercurio en diferentes profesiones, los peligros del sedentarismo, y la influencia de los factores ambientales. Recomendaba medidas preventivas que debían abarcar tres niveles: la eliminación del riesgo, su control a través de la ingeniería y la prevención personal. Algunas de sus medidas incluían trabajar en ambientes ventilados y usar mascarillas protectoras. Fue un adelantado a su época al reclamar la reducción de la jornada laboral, implementación de descansos, la adopción de posturas correctas (lo que hoy llamamos ergonomía) y la lucha contra la pobreza.

Con Bernardino Ramazzini las enfermedades ya no fueron vistas como algo individual sino como una relación directa con la actividad que se desempeña y el ambiente en que se desarrolla. A la “Historia Clínica” de Hipócrates que había permanecido sin modificaciones por 2000 años le agregó una nueva pregunta: “¿Cuál es su oficio?”, variable que hasta entonces no se había tenido en cuenta.

Pese a lo avanzado de sus propuestas, Bernardino Ramazzinii también participaba de algunas creencias de la época. Por ejemplo, creía en el “mal de ojo”, es decir la trasmisión de males a través de la mirada de una persona enferma[iv]. En el capítulo XVIII señala que las obstetras se ven expuestas constantemente a la “malignidad” de los fluidos vaginales:

“sea lo que fuese la condición de la sangre menstrual, o tal realmente como lo quieren aquí y allá, no se dude de ningún modo que el flujo uterino que sigue al parto contenga malignidad y virulencia”[v].

Por ello recomendaba utilizar guantes (algo que es correcto aunque por motivos diferentes) y lavarse con vinagre.

La obra no está exenta de críticas a sus colegas médicos. Señala que los sepultureros

“sepultan en tierra los cuerpos de los muertos junto con los errores de los médicos, debe pues el arte médico compensarles con algún beneficio de su propia dignidad salvada”[vi].

Cuándo su vista comenzaba a fallar y necesitaba ayuda para leer y escribir, fue nombrado miembro de la Academia de Arcadia (1704) y la Sociedad Regia Scientiarum de Berlín (1708), ascendido de “Segundo Profesor” a “Primer Profesor” de la Universidad de Padua (1708), y presidente del Collegio degli Artisti (1708 – 1711).

Escribió numerosas obras sobre la enseñanza de la medicina, y realizó aportes sobre las epizootias bovinas y el uso de quinina para tratar la malaria. También un tratado sobre la “salud de los príncipes” que dedicó a Francesco II de Padua.

El 5 de noviembre de 1714 Bernardino Ramazzini tuvo un ataque de apoplejía en Venecia que le provocó la muerte en la madrugada del día siguiente. Hoy es considerado el padre de la Medicina del Trabajo, pero sus contribuciones también aportaron al desarrollo de la medicina del deporte, la epidemiología y la salud ambiental.

Autor: Luciano Andrés Valencia para revistadehistoria.es

Lee más sobre el autor en:  https://plus.google.com/u/0/114773697260851717480

¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí

Si quieres leer el artículo mas tarde, descárgatelo en PDF y léelo cuando te plazcaDescárgalo Aquí

¿Nos invitas a un café?

Si quieres donar el importe de un café y “Adoptar un Historiador”, incluiremos tu nombre como agradecimiento en calidad de mecenas en un Artículo Histórico, puedes hacerlo Aquí:


También puedes apoyarnos compartiendo este artículo en las redes sociales o dándote de alta en nuestro selecto boletín gratuito:

Déjanos tu Email y te avisaremos cuando haya un nuevo Artículo Histórico

Bibliografía

[i] Fresquet, José Luis; “Bernardino Ramazzini (1644-1714)”, http://www.historiadelamedicina.org/ramazzini.html, febrero de 2011.

[ii] Veiga-Caibo, Jorge; “Algunas curiosidades sobre la vida de Bernardino Ramazzini, a modo de epílogo”, Medicina y Seguridad del Trabajo, Suplemento Extraordinario N° 2, 2014, pp. 72-73.

[iii] [iii] Ramazzini, Bernardino; Disertación acerca de las enfermedades de los trabajadores, Buenos Aires, Sociedad de Medicina del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires y BBVA Consolidar ART, 2004, p. 62.

[iv] Ramazzini, Bernardino; Disertación…, p. 64.

[v] Ramazzini, Bernardino; Disertación…, p. 91.

[vi] Ramazzini, Bernardino; Disertación…, p. 89.

Créditos fotográficos:

De Tspvmo44 – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48529481

La entrada Bernardino Ramazzini, el padre de la Medicina del Trabajo aparece en Revista de Historia.


Volver a la Portada de Logo Paperblog