Revista Cultura y Ocio
"Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido, de manera parecida a como no se sabe, en la duermevela, si se está pensando o soñando, si uno aún conduce su mente o la ha extraviado por agotamiento. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó."
Tengo bastante claro que para mi uno de los grandes nombres de la literatura en nuestro país es el de Javier Marías, cuyos libros pueblan mis estantes y mi memoria lectora. Por eso recibí su nueva novela como un acontecimiento y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Berta Isla.
Conocemos a Berta Isla, una mujer que conoce siendo aún adolescente a Tomás Nevinson. Ambos se enamoran y pronto son conscientes de que entre ellos existe el tipo de amor que conduce a las parejas al matrimonio, aunque a veces estén separados ya que ella estudia su carrera en Madrid y él en el lejano Oxford. Será en ese momento cuando Tomás comience sus pasos en el mundo del espionaje, provocando que su amor, y por extensión sus vidas, no sean habituales.
No se puede hablar de Berta Isla sin hablar de toda la obra de Javier Marías ya que está profundamente entrelazada con alguno de sus libros más conocidos. Tiene el autor varios títulos agrupados bajo el nombre Ciclo de Oxford, por ejemplo, con el que Berta se relaciona de forma directa ya que, para empezar, en Oxford, un día cualquiera, se produce un momento determinante para la acción de esta historia. Muy importante además es esa expresión de un día cualquiera, ya que la novela trata de esa parte de la vida en la que suceden las cosas que no elegimos porque no podemos hacerlo, y es que, si nacer no es decisión nuestra, muchas de las decisiones de la vida tampoco lo son de tan empujados que nos vemos a ellas.
Pero volviendo al universo de Marías, recuperaremos en esta novela a personajes de Tu rostro mañana, sir Peter Wheeler hispanista, y Bertram Tupra, reclutador, para más datos (me permito aquí un pequeño inciso para preguntarme si más lectores pensaron que podría aparecer un profesor ya que había otras visitas...). Aunque no es necesaria su lectura para acometer la historia de Berta, los fieles lectores de Javier Marías, construimos con gusto ese universo en el que personajes y formas son rescatados, a medida que vamos leyendo su obra, quizás por eso también tuve presente Los enamoramientos, durante su lectura. Es constante también la presencia del amor por la literatura del su autor y es que, aunque en esta ocasión no ha utilizado una cita de Shakespeare para darle título a su obra, veremos una vez más referencias literarias atribuídas o no a grandes nombres como T. S. Eliot o Dickens.
Como no iban a ser todo similitudes, marca como gran diferencia, el uso de la tercera persona, que hacía mucho tiempo si es que recuerdo haberlo leído, que el autor no retomaba. En esta novela en cambio, alternará la tercera persona con la primera, de una forma a mi ver más que acertada teniendo en cuenta el tema central.
Y ahora la historia de amor, ya que dicen además que todos los libros tratan en realidad de amor y esta es una novela de espías en la que no se narran aventuras. Berta y Tomás se enamoran de una forma sólida en una época convulsa de revueltas y avances. Pronto comprendemos que las separaciones forman parte al principio de una suerte de intermitencia no computada en su relación que, sin embargo, al comenzar la novela de espías y comenzar el secretismo, van haciendo mella en Berta quien parece empezar a desdibujarse a sí misma a la vez que se define para el lector. No en vano decía Marías que era una novela sobre la espera desde quien espera, y esa es Berta que, como Penélope, espera el regreso de un marido cuya imagen se aleja al igual que determinadas certezas. Y aquí entra el enorme acierto del autor al tratar su novela alternando la tercera persona y la primera, ya que si hubiera utilizado solo la primera, si Berta hubiera sido la única que nos contara su historia, hubiera sido un libro "cojo". Aunque no entraré en más detalles, ya que los libros hay que irlos descubriendo en sus páginas con, si acaso, alguna pequeña guía que no desvele datos, si acaso caminos.
Quienes busquen una novela de aventuras, que no se acerquen, ya que fiel a su costumbre el autor arma su obra de frases largas que aprovecha para disertar con reflexiones tanto del narrador, tal vez del propio autor, como de los personajes. Y ese es, para mi, el signo más característico de toda su obra. La posibilidad de adentrarnos en las reflexiones de una generación que parece haber decidido acotar, ya que hace unos cuantos años que se plantó en el calendario a la hora de ambientarse, y que obligan al lector a mirar problemas ajenos que pueden ser propios; que le hacen detenerse, convirtiendo esas paradas en una virtud y no en un lastre para la lectura.
Berta Isla me ha gustado, ha sido un libro que he disfrutado página a página y cuya lectura recomiendo como recomendaría, en realidad, la lectura de cualquier otro título del escritor Javier Marías.
Hay escritores cuya obra nos fascina y leemos todos sus´titulos. Hoy no he tenido pudor en señalar uno de los míos, ¿de quién leéis todo lo publicado?
Gracias.