«Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó.»
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial)Muy jóvenes se conocieron Berta Isla y Tomás Nevinson en Madrid, y muy pronta fue su determinación de pasar la vida juntos, sin sospechar que los aguardaba una convivencia intermitente y después una desaparición. Tomás, medio español y medio inglés, es un superdotado para las lenguas y los acentos, y eso hace que, durante sus estudios en Oxford, la Corona ponga sus ojos en él. Un día cualquiera, «un día estúpido» que se podría haber ahorrado, condicionará el resto de su existencia, así como la de su mujer."Berta Isla" es la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. También de la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento mezclado con la lealtad.O, como dice una cita de Dickens hacia el final del libro, es la muestra de que «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado». Y es también la historia de quienes quieren parar desgracias e intervenir en el universo, para acabar encontrándose desterrados de él.
Mi comentarioEstamos ante una novela no menor del escritor madrileño. Con ésta ya son cinco o seis las obras suyas que he leído. Ya dije cuando en el blog comenté "Los enamoramientos" [leer reseña aquí] -de las últimas suyas la que más me ha agradado-, que hube de tomarme un descanso de su literatura tras una primera época mía de absoluta fascinación por su narrativa ocurrida durante los años en que aparecieron sus títulos más emblemáticos: "Corazón tan blanco", "Todas las almas" o "Mañana en la Batalla piensa en mí"..., títulos que leí con fruición. Pero la literatura de Marías, ya se sabe, no es una literatura de puro entretenimiento, su lectura exige cierto esfuerzo, a la postre más satisfactorio que el simple gay trinar al que se refería Machado cuando hablaba de esa otra poesía más fácil y popular que se hacía en su tiempo. Por esto me tomé un descanso que me vino bien y que me ha hecho tomar la lectura de estos tres títulos finales ("Los enamoramientos" (2011), "Así empieza lo malo" (2014) y esta última, "Berta Isla" (2017) con bríos renovados.
Al comentar hace unos meses "Así empieza lo malo" [leer reseña aquí] señalé la reflexión que el propio autor en una ocasión hizo al ser preguntado por su propia Obra cuando comentó que era consciente de que constantemente estaba escribiendo la misma novela: "Todas las almas". Y es verdad. Lo que hace Javier Marías es variar ligeramente el punto de mira (el azar en "Los enamoramientos", la necesidad de la implicación en "Así empieza lo malo" y la importancia del momento y la libre elección en "Berta Isla"). Sí, en efecto, la mayoría de temas, asuntos, elementos, y la manera de presentarlos o plasmarlos en la narración ya están presentes o al menos prefigurados en "Todas las almas": metaliteratura; culturalismo; novela ensayística; disolución de la frontera real-irreal (realidad / ficción); la duda, el azar o la incertidumbre; un inteligente sentido del humor...
Metaliteratura: si en otras obras la relación con otros textos y con el propio texto escrito se percibía de manera más o menos clara, en ésta el texto creado y vivido por los propios personajes se relaciona de manera intertextual con grandes obras y autores de la literatura universal. Sobre todo, como ya he dicho, es la poesía de T. S. Eliot la que informa toda la historia vivida por Tomás y Berta ("'Y cualquier acción es un paso hacia el fuego', le había oído recitar a veces a Tomás, de un poema que se sabía, lo murmuraba para sus adentros en inglés"); los versos del irlandés pasan de la mera lectura hojeando sus libros a penetrar y conformar las acciones de los personajes. Del mismo modo resuenan, como ya es habitual en el novelista, personajes de Shakespeare, en esta ocasión especialmente los referidos a su drama histórico "Enrique V"; también Dickens, Melville ("Moby Dick"), Stevenson ("Dr. Jekyll y Mr. Hyde"), Joseph Contrad ("El agente secreto"), el teatro de Valle Inclán... Y mención especial cabe hacer a la novela corta de Balzac titulada "El coronel Chabert".
Disolución de la frontera realidad-ficcion. Sí bien en "Berta Isla" no estamos ante la presencia evidente de personajes reales como sucede en "Así empieza lo malo" con, por ejemplo, el profesor Francisco Rico o el director de cine Jesús Franco, sin embargo también aquí la ruptura de los límites real-irreal se produce, y se percibe en la plasmación de un comportamiento leído sobre la propia vida vivida. Es lo que sucede con la desaparición durante doce años del marido de Berta quien al cabo de este tiempo regresa a casa y su esposa, ella, Berta, no sabe a ciencia cierta si quien ahí está ahora es o no es quien dice ser y quien ella deseó tanto antes pero que ahora le parece algo más propio de la ficción literaria que otra cosa. Y como Javier Marías es consciente de que la novela de Balzac titulada "El coronel Chabert" pertenece asimismo al terreno de la ficción echa mano de una película, "El regreso de Martín Guerre", basada en un hecho completamente real sucedido en el sur de España en el siglo XVI novelado por Janet Lewis en 1941.
Novela ensayística. Si hay una característica propia del estilo del escritor madrileño ésta es la reflexión, las digresiones, los 'excursos' en palabras del propio autor, con que describe de manera demorada las acciones y comportamientos de los personajes. Esas reflexiones acercan mucho sus novelas a los artículos que tanta fama y seguidores le han procurado. Muchas opiniones que vierte en la novela son idénticas a otras presentes en sus colaboraciones periodísticas: la pérdida de educación en las generaciones más jóvenes, la rapidez y vivencia poco real de la sociedad actual ("lo que acaba de suceder pero ya no sucede no interesa, la atención de las gentes se va tras lo siguiente, cualquier cosa que esté a punto de acontecer o acontezca, que todavía encierre una incógnita o no haya ofrecido un desenlace, en el fondo se desea vivir vicariamente en la inestabilidad perpetua y bajo amenaza constante"), el manipulador e hipócrita lenguaje de los políticos populistas ("El pueblo siempre sale inocente. El pueblo, que a menudo es vil y cobarde e insensato, nunca se atreven los políticos a criticarlo, nunca lo riñen ni le afean su conducta, sino que invariablemente lo ensalzan, cuando poco suele tener de ensalzable, el de ningún sitio. Es sólo que se ha erigido en intocable y hace las veces de los antiguos monarcas despóticos y absolutistas"); la inexorable sustitución generacional y vital ("Los países los usurpan quiénes van naciendo sin querer, a nosotros nos usurpan los adultos o los viejos en que nos convertimos sin querer".)
Fuerte culturalismo visible en: el vocabulario utilizado: ('alacridad' [alegría excesiva y desmesurada], 'bizquera', 'acostumbramiento', 'alteridad', etc.); las disquisiciones filológicas ("ahora sonó como un inglés poco educado, de esos que tienden a aproximar a la o casi todas las vocales y en vez de 'laik' o 'maind' para 'like' o 'mind', pronuncian algo semejante a 'loik' y 'moind', por poner un par de ejemplos"); las referencias literarias como ya he dicho antes pero también
cinematográficas (como la que hace al secundario Walter Brennan que participó en filmes como "Río Bravo" o "Pasión de los fuertes") y musicales ("Entonces aún sonaban los ecos de aquel supervisor musical, Crosby, Still, Nash & Young"); la autorreferencialidad como la que se percibe en el intertexto que alude a un título del propio novelista, "Negra espalda del tiempo" ("Ese podía haber sido el destino de Tomás, hundirse en la niebla de lo sucedido y no sucedido, en la negra espalda del tiempo").
Motivos temáticos habituales: el tiempo, la memoria, el azar, la identidad, el sexo, el engaño, la maldad, el engañoso bien superior, las generaciones, la individualidad y la difícil penetrabilidad en la alteridad ("lo del otro pertenece siempre a ese terreno de la imaginación. Uno nunca sabe a ciencia cierta, ni siquiera sabe si las declaraciones más encendidas son verdad o interpretación o convención"), la dualidad lingüístico-cultural...
Cierto biografismo. Javier Marias como, por otra parte, cualquier novelista echa mano de su propia biografía para componer sus relatos. En "Berta Isla" hay elementos de su propia experiencia vital; de ellos dos al menos han sido reconocibles para mí: los años de formación adolescente en el colegio Estudio de Madrid, y el profundo conocimiento del ambiente universitario oxonense al haber impartido el profesor Marías dos años -1983 y 1985- clases de Literatura Española y Teoría de la Traducción en la Universidad de Oxford. Es evidente que muchos otros existirán si bien no son de dominio público.
Para finalizarEsta novela es Javier Marías en estado puro. Quiero decir con esto que aunque no hubiera figurado en la cubierta del libro el nombre de su autor difícil sería para cualquiera no descubrir su autoría pues los temas, ya señalados antes, y el estilo (memorialístico, reflexivo, incluso proverbial, con un dominio lingüístico como pocos escritores tienen, de profundidad filológica me atrevería a decir tanto del castellano cuanto de la lengua inglesa, -las dos que maneja el protagonista masculino igual que le sucede al propio escritor-...) apuntan inequívocamente a él. Y todo ello envuelto en literatura que, como Marías nos tiene habituados, rezuma por toda su obra; en esta ocasión es T. S. Eliot el poeta irlandés quien predomina sobre otras alusiones más habituales en él: Shakespeare, Dumas, Dickens, Balzac.... Eliot, y en especial su poemario "Little Gidding", es el autor elegido por Javier Marías para construir sobre su Poesía la narración de un hombre engañado, quebrado, elegido por otros sin él saberlo, para no sé qué asuntos de entidad superior en los que se está sin estar, se realizan sin haberlos protagonizado, se existe en ellos sin que quede constancia alguna de nuestra existencia.