Revista En Femenino

Besos a gusto, no a disgusto

Por Lai Pv @laicapi

El pasado lunes leía un post de Mamá de dos que nos invitaba a luchar por unos #besoslibres, y a dar nuestra opinión o contar nuestra experiencia al respecto.

Desde el momento que leí el post de Bea me entraron ganas de participar, porque es un tema esto de los besos por formalidad. Me leí todos los posts que participaban en ese momento y me vino a la cabeza el título que habéis leído más arriba. Besos a gusto, no a disgusto.

Para empezar entono el mea culpa, porque nunca me ha gustado que me obligaran a dar un beso, pero crecí con esa costumbre interiorizada y a mi primera hija, muchas veces le preguntaba si le quería un beso a un familiar que se lo pedía. Nunca a quienes para ella son apenas conocidos o desconocidos. Pero a la familia sí. Ella que es tímida y de pocos gestos de cariño como os contaba aquí, nunca ha querido darle un beso a nadie. A nosotros y a su hermana sí, pero solamente cuando ella quiere.

En esos encuentros familiares en los que uno tras otro le pedía un beso, le insistía por un beso, le decían que "hay que dar besos", o se lo daban aunque ella se escondiera y retorciera detrás mío....pues a veces, aunque me chirriaba decírselo, puedo decir que hasta me molestaba personalmente, me sentía incómoda y enfadada, pero queriendo salir lo más rápido del embrollo yo misma terminaba preguntándole a la terremoto si no quería darle un beso al tío, primo, abuelo, etc...mientras, eso sí, iba desplazándome para alejarnos a ambas de la "zona de presión" y así liberarla del compromiso. Pero siempre le he preguntado, nunca obligado. Y si no ha querido, no se lo ha dado a nadie.

voy a hacer un inciso para agradecer a los adultos que la conocen y respetan su forma de ser. No sabéis como lo agradece.

Ya conté en algún otro post que en el primer postparto y hasta que conocí la bimaternidad sucumbí más de una vez a "lo que hay que hacer" más que seguir mis propios instintos. Me encontraba continuamente entre la opinión popular, lo que yo quería hacer, lo que se hacía antes, y los consejos y más consejos que me llovían gratuitamente...y digamos que escogí demasiadas veces el "comodín del público"

Pero un buen día me cansé. Creo que vino de la mano de mi segundo embarazo, en el que algo cambió en mi y me dije "la madre soy yo y hago lo que me da la gana". Desde entonces, y entre otros cambios, cada vez que a mi hija le piden un beso, contesto con una variedad de respuestas...a cual menos "políticamente correcta", para que nadie le insista. Puedes oírme decir "los besos los guardamos para momentos especiales", "los besos en casa salen muy caros y hay que ganárselos" (igual no es una frase acertada...pero la verdad es que a mi hija e encanta).

Si insistes o mezclas el chantaje por el beso entonces seguramente me escucharás decir claramente "los besos no se dan por obligación, no le insistas" Eso sí, a todo adulto que no lo entienda le explico después con calma que no la obligamos a nada, que ella decide a quien saludar o besar, y que cuando crezca ya aprenderá las formalidades. De momento, que mejor no se lo pidan. Y a ella le he explicado lo mismo, que no necesita esconderse, que puede decir que no quiere dar ese beso, y listos.

¿Como cambia la cosa no? Sí, puedo haber pasado de políticamente correcta a incorrecta, pero no he sabido hacerlo de otra manera. En algún momento hice un cambio, en algún momento reflexioné. Porque una de las cosas que más me cuesta a mi de vivir aquí es tener que saludar a todos tus compañeros de oficina con un beso cada día, al llegar y al salir.

Porque los niños tienen derecho a expresar el cariño como quieran y cuando quieran, y obligarlos no es forma de enseñarles nada. A mis hijas nunca las he obligado a darme un beso, y les pido permiso antes de dárselo yo.

Incluso hubo una época en que terremoto mayor se limpiaba los besos y me decía "mamá, me limpio tus besos porque así se meten debajo de la piel y quedan mejor guardados". Ahí te das cuenta que no siempre el gesto esconde lo que parece. Los niños son sinceros, transparentes, no entienden de convencionalismos. Dejémoslos ser libres en su expresión de cariño también.

Porque entonces te salen terremotos pequeñas como la mía, que a diferencia de su hermana mayor, no se va de un lugar sin repartir besos a diestro y siniestro. Bueno, más que repartir besos reparte mejillas. Pero no hay que pedírselo, a ella le gusta expresarse con besos y abrazos; con compañeros de clase, profesores y familiares. Eso sí, guarda los besos babosos para papá y mamá, besos que merecen un post para ellos solos. Podría preocuparme por sus excesivas muestras de cariño, pero la he visto rechazar saludos de desconocidos, así que confío en su criterio y, en el otro extremo de su hermana, también es libre de expresar su cariño a su manera.

En lo que sí me queda aprender, y más después de leer los posts de los blogs que se han sumado a esta iniciativa de #besoslibres, es cuando yo doy besos a los hijos de los demás. No me acerco a un niño que no me conoce, pero siempre me han gustado los niños y con los que tengo más confianza o veo más a menudo, sí les pregunto si quieren darme un beso cuando me voy (no sé porqué solo lo hago a la salida) Eso sí, si dudan o se esconden siempre les digo: "no te preocupes, si no quieres no pasa nada! Dejémoslo para otro día" Pero quizá no debería ni preguntar! Seguiremos aprendiendo...

Besos a gusto, no a disgusto
Besos a gusto, no a disgusto

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