Besos extraviados – @JokersMayCry

[ Escrito con @Moab__ ]

¿Dónde van los besos cuándo no se dan?

¿Dónde van cuándo se pierden a mitad de su viaje?

¿Dónde fueron si no encontraron el camino hasta tus labios?

¿Se disuelven en tu alma haciéndola un poco más triste?

¿Alcanzan el Nirvana en el cielo del olvido?

¿Hay acaso un limbo para esos cariños perdidos?

Quiero pensar que esos besos que nunca llegaron a su destino se desprendieron de mis labios hasta las mejillas de algún niño falto de consuelo en las fronteras del abandono. Que se mezclaron con sus lágrimas y las trocaron en polvo de hadas para hacerle volar hasta Nunca Jamás, con las alas de un cometa, rielando sobre un mar de golosinas.

O que llegaron a los labios de esa dama desequilibrada por veinte años enfundada en un traje de novia que le queda pequeño y un delirio que le queda grande mientras espera a un novio que jamás llegará al altar. Que se enrede en su pelo, le retire el velo y se derrame en su pecho ayudándola a pasar página de aquel libro que nunca llegó a leer.

O a la frente de ese hombre inocente que aguarda en el corredor de la muerte a que una falsa justicia ejecute la sentencia a la que le ha condenado el color de su piel. Que se mezcle con el sudor que destilan sus poros, que brille en su rostro la verdad que es la candela guía para la diosa ciega de la balanza, los derechos y la libertad.

O a ese corazón traicionado que no encuentra consuelo, que derrama amaneceres de invierno por cada puñalada, por cada agujero de bala, que llora promesas rotas mientras exhorta a un amor que se aleja aferrado a otras manos sin mirar atrás. Que le bañe el cuerpo y lo absorba la mente, que dé bálsamo al alma y beba de él como de un elixir de olvido para dar rumbo a una nueva sonrisa, felicidad y destino.

O a las manos de esa madre desgarrada que acaricia el cuerpo de su hijo al que la Dama Calavera vino a llevarse caída desde el cielo cabalgando a lomos de mil bombas de racimo, clamando con amargas lágrimas a un dios en cuyo nombre se asesina. Que se deslice por sus dedos y al cortar la baraja con la que juega la Muerte salte a su regazo el comodín de una nueva vida vacía de terror,  fanatismo y  huida…

No sé, quizás me equivoque, pensad lo que queráis. Yo prefiero pensar esto, porque la inocencia que aún me queda dentro se niega a creer que al final, hasta los besos más puros se conviertan en simple polvo que se esparce hasta desaparecer con el viento.

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