Monísimo.
Yo, tan mimosa y tocona, ¿qué puedo decir de un libro que narra diversas explicaciones del origen de besos y achuchones? Carmen Gil ha sabido ofrecer al lector datos ilustrativos que despiertan la curiosidad tanto a niños como a mayores. Las costumbres de los nómadas africanos, los besos rusos, esquimales, las pautas de contacto de los orientales... Aunque muchos padres conocieran datos incluidos en estas páginas, seguro que a los más pequeños les sorprende descubrir que en ciertas tribus del desierto se abrazaban para comprobar que los otros no portaban armas. Pero no os quedéis en la información aportada: lo importante de este libro es su carácter reivindicativo de abrazos y besitos, no os equivoquéis. Alguno podrá añadir que la diversidad de anécdotas aportan perspectiva y nos acercan a otras culturas, pero dicho así no quiero que penséis que se ha buscado los valores de interculturalidad de manera simplona, ni mucho menos.
Las ilustraciones de María Teresa Cáceres son divertidísimas. A Guisantito le encanta el aspecto del abuelo cuando viste de viajero y los ojillos de los esquimales de la historia. Yo me quedo con el final del libro (¡que no pienso contar!). Qué le voy a hacer; en el fondo soy una romanticona.
Ay. Qué ganas tengo de sobar las chichas de mi pequeño (porque va a tener chichas, qué duda cabe).
No puedo evitar las palabras de mi cuñado JF cuando afirma que cuando él sea padre, tendrá que dejar de trabajar para sobar cada minuto a su bebé. Me encanta la imagen. Decidme: ¿hay límite de tiempo para mirar a un niño durmiendo? ¿Hay algún régimen establecido para el número de besos ? Me encantará superar todos los récord con Guisantito. Dentro de la legalidad, claro.
Banda sonora: Deolinda y su Fado toninho________________________________¿Por qué nos damos besos?
Carmen Gil y María Teresa Cáceres
Parramón, 2004